Por Gabriel Pereyra

 

 

Resiliencia es la capacidad del ser humano para superar el dolor y transformarlo en algo positivo y constructivo, es como un antídoto de sobrevivencia que producen las víctimas de cualquier tipo de violencia. Con motivo del artículo que escribí sobre la crueldad humana y la violencia que azota a nuestro país recibí varias notas de personas recordándome otros hechos violentos, que no mencione. Los casos de crueldad son infinitos y asombra la imaginación y capacidad del ser humano para inventar la agresión. Solo el hombre mata o daña conscientemente y en muchos casos asombra su imaginación para el mal. Verdaderamente el resumen de la degradación social y humana que hemos vivido en el siglo pasado y este, siglo XXI, en violencia y crueldad, se equipa a la que han vivido otros países en estado de guerra, bajo dictaduras militares o en guerras de exterminio.

Los huérfanos, mujeres maltratadas o abandonadas, que han padecido violencia familiar o extra familiar, las víctimas de la tortura, del terrorismo, los seres humanos maltratados, los pobladores de pueblos destruidos, en general han demostrado una capacidad de recuperación asombrosa, no se amarran a sus traumas y la mayoría de las veces los superaran en el mediano plazo. El tiempo, la distancia y la solidaridad humana juegan un papel fundamental para recuperar la confianza en sí mismo y en la condición humana.

El mundo está lleno de ejemplos de violencia y agresión, durante todo el siglo XX las dos guerras mundiales, el genocidio contra la Republica Española, contra los comunistas por los fascistas italianos, el genocidio de los belgas en el Congo, que rescata para la memoria de la infamia Mario Vargas Lloza, el genocidio de Ruanda y el de Bosnia son algunos ejemplos de la crueldad y violencia humana. En México, después de las crueldades de la revolución y de la posrevolución, vivimos una situación de violencia de estado que nos toco conocer en forma cercana y que nuestro país ayudo a la resiliencia de ese grupo humano: los refugiados españoles. A medida que Francisco Franco apoyado por los fascistas italianos y alemanes avanzaba, asesinaba a los republicanos y los expulsaba de España. México abrió sus fronteras y recibió a una generación de republicanos españoles que vinieron y recibieron el apoyo del Estado y del pueblo de México para su recuperación. En la década de los sesenta-setenta se dio en México una guerra sucia en la cual desaparecieron a los integrantes de los grupos guerrilleros. Lo mismo paso en el cono sur, con los argentinos, chilenos y uruguayos. La agresión es una constante en el subdesarrollo y en el ser humano, afortunadamente la resiliencia también lo es.

Para nosotros los mexicanos la resiliencia se equipara a la atención a las víctimas y la reparación del daño por parte del estado. Lamentablemente en las distintas entidades federativas no se han instrumentado los mecanismos de apoyo y atención a las víctimas y la gran mayoría de ellas no reciben atención para su recuperación. Muchas de las agredidos ni siquiera ponen una queja y la mayoría de las agresiones quedan en el silencio de los hogares, en los municipios y poblados donde los malosos o malos a secas dictan sus leyes. No se tiene certeza, ni siquiera, del numero de víctimas, muertos, que se han dado en los 16 años del siglo XXI, la cifra responde al organismo que la produce y cada día a medida que se conocen los casos de la agresion policiaca y o de los militares se van descubriendo mas rastros de una violencia oculta y sin castigo.

Si bien es cierto que durante mucho tiempo se hablo del paso por la tierra de los humanos como un “valle de lagrimas” una de las funciones del estado es buscar la felicidad de las personas. En la constitución de los Estados Unidos de América se afirma que todos los hombres son creados iguales y tienen derecho a la vida, a la educación y a la búsqueda de la felicidad; aunque nadie sabe definir que es la felicidad, con la declaración de los derechos humanos del hombre, el estado benefactor, los postulados de los países socialistas que buscaban una sociedad igualitaria donde los niños fueran felices y los jóvenes pudieran amarse, en pleno siglo XXI, todavía se habla de la felicidad en términos metafísicos, la cual podemos alcanzarla solamente después de la muerte. En esa idea se basan los miembros del ISSI que se inmolan para ser felices después. Pero, como para la gran mayoría de las personas solo existe el “aquí y el ahora”, es fundamental ver cuáles son los mecanismos que el Estado y las organizaciones de la llamada sociedad civil instrumentan para la resiliencia no solo de las personas, sino de la sociedad en su conjunto.

Nuevo penal

El anuncio del Gobernador Gabino Cue, de la inauguración de un nuevo penal de mediana seguridad cercano a la ciudad de Oaxaca, donde se concentraran 1,600 reos y permitirá que se cierren seis reclusorios de baja seguridad representa un avance importantísimo en materia de seguridad y una gran oportunidad para establecer nuevos programas de reinserción social de los detenidos.

La reinserción de las personas que han delinquido es sin duda uno de los problemas esenciales de la prevención de delitos. Se habla de que las actuales prisiones son universidades del crimen y que en ellas se fraguan algunos de los delitos que se llevan a cabo afuera de los penales, también de que solo están en prisión aquellos que no tienen dinero y oportunidad de comprar la justicia. Leyendas y realidades aparte. Unido a la ocupación de este nuevo inmueble deberán de mejorarse y establecerse nuevos programas psicológicos, educativos, de capacitación de artes y oficios que le permitan a los internos la posibilidad de obtener nuevas herramientas para su futura reinserción en la sociedad.

La presencia del maestro Heriberto Antonio García, quien por segunda ocasión está al frente de los penales del estado en la Dirección General de Reinserción Social, es una garantía para los oaxaqueños que un conocedor del derecho, académico, hombre lleno de imaginación y trabajo aprovechara esta coyuntura para mejorar esta área la cual en muchos Estados, es el punto más conflictivo de las aéreas de gobierno. Fin