Excélsior
A lo largo de nuestra vida financiera necesitaremos un aval o se lo daremos a alguien. Al solicitar un crédito o rentar un inmueble deberás contar con alguien que esté dispuesto a respaldarte; ese será tu aval.
A menudo esas personas son nuestros familiares, porque son quienes mejor nos conocen y están más dispuestos a darnos un apoyo incondicional. Pero para estar realmente consciente de cuál es la importancia de un aval aquí te traemos sus dos principales responsabilidades:
1. Adquiere el compromiso de garantizar el cumplimiento de obligaciones a favor de un tercero.
2. Da garantía de la deuda, ya que será quien asuma la responsabilidad de pagar en caso de que el deudor no cubra con los abonos acordados.
Es importante que, si estás considerando ser aval, tomes en cuenta lo siguiente:
Analiza tus finanzas. Analiza cuidadosamente tus compromisos financieros, ya que de ser necesario tus bienes o finanzas podrían ser solicitados por el acreedor de la persona a la que avalas; deberás contar con cierta solvencia para enfrentar el pago de la deuda en caso de algún imprevisto.
Mantente informado. Si te has convertido en aval, te sugerimos que guardes una estrecha comunicación con la persona que solicitó el crédito. Pregúntale con cierta frecuencia cómo están sus finanzas, y asegúrate de que los pagos se hagan en tiempo y forma.
En el caso de que ya no quieras fungir como aval, deberás documentar ante notario la terminación de lo estipulado en el contrato, asentando en el documento que ya no responderás por el deudor. Se debe plasmar la fecha a partir de la cual el documento se hace vigente, y cancelar el aval en el título de crédito respectivo.
Por todo lo señalado, es recomendable que solamente hagas este tipo de arreglos legales con personas de tu absoluta confianza. Y fundamental, cuando alguien te solicite el aval, antes de firmar, examina tanto tu situación financiera como la de la persona a la avalas.