Reforma / Lorena Morales
Cd. de México .- La Ciudad de México se ha quedado rezagada en materia de regulación de marchas.
En dos décadas, el Gobierno capitalino y la Asamblea Legislativa no han podido aprobar una iniciativa para normar las manifestaciones, lo que genera un impacto económico, de movilidad y en los niveles de contaminación de la Ciudad.
En París, por ejemplo, las marchas están reguladas desde 1935; en Berlín desde 1953; y en Londres desde hace 27 años, pero en la Ciudad los diputados llevan 20 años discutiendo el tema sin avances que se concreten en una ley.
La última vez que en la ALDF se presentó una iniciativa fue en 2014.
Y aunque la Ley de Movilidad prohíbe limitar el libre tránsito de peatones y vehículos, excepto en vías primarias o de circulación continúa, la normatividad carece de un reglamento para poderla aplicar.
La Consejería Jurídica adeuda el reglamento de la Ley de Movilidad donde quedaría asentada la regulación de la que hablan los artículos 212 al 214.
La Ley establece que la Secretaría de Seguridad Pública tiene la obligación de facilitar la manifestación pública de los grupos o individuos que den aviso.
“Para la realización de desfiles, caravanas, manifestaciones o cualquier otro tipo de concentración humanada carácter político, religioso, deportivo, recreativo o social, cuya finalidad sea perfectamente lícita y que pueda perturbar el tránsito en las vialidades, es necesario que se dé aviso por escrito a Seguridad Pública.
“Con por lo menos 48 horas de anticipación a la realización de la misma”, señala el artículo.
En la pasada legislatura, fueron cuatro las iniciativas sobre marchas: una del PVEM y tres del PAN.
Las propuestas que se presentaron en el Pleno –ninguna avanzó ni siquiera en Comisiones– se basaron en normas europeas.
Por ejemplo, pedir permiso, que sólo se celebren de lunes a jueves, de 9:30 a 12:00 horas y de 15:00 a 18:30. También se buscaba prohibir cubrirse el rostro y portar armas.