El diputado de Nueva Alianza, antes priísta, Bernardo Quezada amasó su dinero a través de una empresa, formalmente propiedad de su suegro Héctor Peredo, y su esposa, Jessica, haciendo préstamos con tasas de interés de usura (más de 100 por ciento) a los siempre necesitados maestros del SNTE.
Era cómplice de la maestra Elba Esther, pero es uno de los muchos favorecidos que la han abandonado. De acuerdo con una investigación del diario Miami Herald, entre 2004 y 2008 –los años de Vicente Calderón en Los Pinos– el diputado y su familia invirtieron 8.2 millones de dólares en 11 departamentos de lujo en el condominio Brickell de Miami. Pertenece a la casta de Los Intocables. Ocupa una de las presidencias colegiadas de la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, que supuestamente agrupa a 47 gremios. Lo usa el sistema para lo que se necesite.