En busca de un distractor que genere una cortina de humo que oculte el gran fracaso electoral de su partido en Oaxaca, los panistas simulan la hoguera para su gandalla dirigente Juan Iván Mendoza.
Si realmente quisieran destituirlo, lo hubieran hecho antes de que concretara sus convenios con el PRI (ya avizoraba el fracaso de Estefan Garfias) y tejiera el entramado ilegal que lo llevó, en dos ocasiones, a imponerse como diputado de “dedazo” (plurinominal). Sabe bien que en una contienda democrática, es decir en las urnas, el PAN estaría perdido. No se equivocó.
Por eso digo que es mera simulación lo que hacen ahora algunos panistas, entre ellos las diputadas Lesly Jiménez y Alejandra García. Piden que la dirigencia nacional convoque “de inmediato” a la renovación de la dirigencia estatal en Oaxaca.
De entrada, estas diputadas no tienen autoridad moral. Junto con la también panista Antonia Natividad Díaz actual presidenta de la JUCOPO, están en la connivencia para el saqueo más descomunal del presupuesto del congreso local. Cerca de mil millones de pesos anuales. Esta última en su calidad de coordinadora de la fracción azul en el congreso local, al ser ungida presidenta de la Junta de Coordinación Política ofreció transparencia. Anunció auditorías e investigaciones para aclarar el destino del multimillonario presupuesto legislativo. No cumplió a pesar de que desaparecieron hasta el dinero para pago de proveedores y asesores.
El oportunismo de la nuevamente diputada plurinominal electa Eufrosina Cruz Mendoza, es de caricatura. Al condenar el desaseo político de su dirigente local Juan Iván, raya en el desfachatez porque ella también se impuso, con las mimas trapacerías, candidata por tercera ocasión. Es decir, por encima de los méritos partidistas de la base y de manera antidemocrática.
Ahora sale con que su partido “debe buscar renovarse para volver a ser la fuerza política que era en Oaxaca”.
CANDIL DE LA CALLE
Lo grotesco de estos azules es que si como diputados no son honestos en el manejo del dinero público que recibe el congreso, no es aceptable que se atrevan ahora a pedir transparencia a su partido. Cierto, Juan Iván ha manejado el dinero del PAN y las posiciones políticas a su libre albedrío, debe ser auditado y luego destituido pero lo debe pedir el consejo estatal en pleno.
En la actuación de estas damas legisladoras del PAN se confirma que la corrupción no tiene género ni color partidista. Pedir a otros de su mismo partido la honestidad que no tienen, equivale a eso de: candil de la calle, oscuridad de su casa.
Hace tres semanas se reunió el consejo estatal para pedirle cuentas al dirigente. Me informan que cuando faltaba solo un consejero para integrar el quórum, el mismo Juan Iván reventó la sesión. El que inició el desorden para boicotear la asamblea fue el secretario general Luis Zárate. Algo muy tenebroso han de estar ocultando al negarse sistemáticamente a rendir cuentas del dinero que recibe el PAN por prerrogativas y aportaciones millonarias de la fracción legislativa. Así me lo dice un consejero.
Lo único viable para la destitución de Juan Iván es que, por fin, empiezan a reaccionar algunos consejeros. Aún no llegan a la mitad más uno de los 97 que integran el consejo estatal para poderlo destituir, pero la inquietud está creciendo y lo sabe el mismo líder nacional Ricardo Anaya. Me informan que el relevo de Juan Iván es inminente, por lo siguiente:
El líder del PAN con su eufórico discurso para celebrar “que la sociedad haya votado para echar al PRI por su corrupción y malos gobiernos”, no puede permitir que en su partido haya dirigentes locales corruptos y maniobreros.
A eso se debe que los consejeros estén exigiendo dos cosas: el relevo de su dirigente local y que rinda cuentas. Tanto la actuación del comité directivo estatal con el avasallamiento de su presidente y el comportamiento deshonesto de las diputadas y diputados locales, han llevado a los consejeros a pedir un análisis sobre “los avances y retrocesos que hemos tenido como militantes y como institución, cuestionarnos si hemos llevado a cabo la doctrina que dio origen a nuestro partido”.
Aunque el dirigente estatal panista aún tenga sometidos a algunos consejeros, la petición de su relevo cobra fuerza. La comisión de vigilancia del CDE que preside Eduardo Vivanco está empujando ante la comisión nacional de orden para que investiguen tanto a Juan Iván como a la coordinadora de la fracción de diputados locales, Antonia Natividad, por la opacidad con que manejan los recursos del partido. En todo el año no han permitido que sesione el consejo estatal. Hace tres semanas, luego del boicot a la asamblea de consejeros, algunos militantes pidieron expulsar a Antonia Natividad por negarse a rendir cuentas del dinero que recibe la fracción camaral.
MANIOBRERO
Pregunté a uno de mis informantes el porqué de la negativa de Juan Iván de rendir cuentas.
Me dice que desde que el PAN aceptó, aunque no cumplió, cederle al secretario de turismo José Zorrilla, un lugar preponderante (el 2 o el 3) en la lista de candidatos plurinominales que le garantizara la curul, empezaron las sospechas. Se habla de que en el transcurso de las campañas de la alianza CREO, el PAN recibió 27 millones de pesos. Los panistas dudan que este dinero lo haya invertido Juan Iván porque todos los candidatos se quejaron de falta de financiamiento, excepto los de su círculo cercano, como Lesly Zavaleta, Víctor Cruz Colorín que saltó al PT, Javier Barroso, etc. De este último dicen que tiene mucho que decir de la opacidad financiera en la fracción panista en el congreso, de la que fue tesorero.
La jugarretas del dirigente local del PAN no son nuevas por eso extraña que hasta hoy se atrevan a pedirle cuentas.
Solo hay que recordar cuando impuso como candidato a diputado federal por Miahuatlán, a su primo Héctor Manuel Salinas Mendoza pero con el argumento de que “no sube en las encuestas” lo quitó y se puso él mismo. A pesar de lo grotesco del agandalle nadie en su partido lo cuestionó. Violó el calendario electoral y al INE no le dio tiempo cambiar de la papelería electoral el nombre del candidato que era Héctor Manuel. Esta es la causa de que en las boletas no haya aparecido el nombre de Juan Iván y, obviamente, perdió.