Algo que no se había visto, la marcha del 22 de junio, miles de indígenas de todas las comunidades mixes marcharon para reclamar al gobierno, para que haya atención.

 

 

TAMAZULÁPAM, OAX.- Guardado por décadas, el grito de guerra resurgió. “¡Kama’apyëjy! ¡Kama’apyëjy! ¡Kama’apyëjy!, ¡eeehhhh!”. Otrora pueblos pacíficos, apacibles y respetuosos de las leyes y sus autoridades, la nación Mixe despertó.

El pretexto fue el apoyo a la lucha de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y el coraje por la masacre del 19 de junio en Nochixtlán. El argumento real: violencia, discriminación, sojuzgamiento, olvido oficial y nulas obras públicas.

El miércoles 22 de junio marcó un hito en la historia de esa parte de la Sierra Juárez de Oaxaca. Por primera vez en décadas, 10 mil maestros, autoridades municipales, auxiliares y agrarias, además de alumnos, transportistas y amas de casa de unos 14 municipios y un mayor número de agencias, alzaron la voz y marcharon.

Un río humano recorrió a pie alrededor de siete kilómetros de este municipio hacia San Pedro y San Pablo Ayutla. Un torrente con bandas, pancartas, gritos, que amenaza con una rebelión indígena de proporciones desconocidas de quienes se llaman los “Jamás Conquistados”, traducción de “Kama’apyëjy”, por haber opuesto resistencia a zapotecas y mixtecos y a la conquista de los españoles.

Un pronunciamiento del pueblo Ayuujk (Mixe), emitido tras la marcha, amaga al gobierno: que se reconozcan los acuerdos de San Andrés Larráinzar firmados entre autoridades federales y el EZLN y que se apruebe una ley indígena en Oaxaca.

Hay enojo, hay “dolor histórico de despojo y de desprecio profundo de parte del Estado mexicano”, recalcan.

LOS PUEBLOS DESPIERTAN

En Santa Rosa, núcleo rural perteneciente a Tamazulápam, se comenzó a organizar la manifestación. Rolando Vásquez Pérez, secretario de la comunidad, relata que por la lucha en favor de las escuelas se convocó a la población a una asamblea, el 12 de junio, para exponerles los problemas educativos locales y estatales.

A San Juan Metaltepec, comunidad de Santiago Zacatepec, le interesaron los temas y el día 15 hubo otra asamblea. Tras los hechos sangrientos de Nochixtlán entre policías, maestros y pobladores, se aceleró la organización, el día 20, para conjuntarse por primera vez el día 22.

“La convocatoria fue realmente impresionante; aquí no hubo acarreados ni promesas de apoyo, todo fue genuino. Es el respaldo a los maestros, pero también la marginación de los pueblos los que nos movió”, dice Vásquez.

De las dificultades escolares, ejemplifica que con la reforma educativa el plantel preescolar Rey Condoy podría cerrarse, pues la Secretaría de Educación Pública exige 20 alumnos como mínimo y actualmente tienen 14.

El Universal