Veracruz se ha convertido, con la gestión de Javier Duarte, en el máximo símbolo de la vergüenza nacional, cuando no se habla de desaparecidos, se habla de narcotráfico, de desvíos multimillonarios de fondos públicos, de el mayor índice de periodistas asesinados, de delincuencia organizada o de los jóvenes de Tierra Blanca.
Cada semana, uno o más escándalos se agregan a la lista, pero con la característica peculiar de que no hay quién salga en su defensa o emita un juicio positivo de su gestión, mucho menos de su persona.
El repudio abierto de la sociedad veracruzana inicio en el emblemático Café de la Parroquia del puerto de Veracruz, donde la gente manifestó su hartazgo y a gritos de ¡Ladrón! y ¡Fuera! fue recibido, este hecho ha sido desmentido en la oficina del gobernador, como si no hubiera ocurrido, sin embargo, la semana pasada, convocados por el Consejo Universitario, alumnos y profesores de la Universidad Veracruzana marcharon para exigirle al Gobernador Javier Duarte la entrega de 2 mil 76 millones de pesos que su Administración se quedó y pretendía desaparecer, simple, como desapareció el río Atoyac de aquellos lares.
Conforme al Acuerdo del Consejo, aprobado en sesión extraordinaria el 4 de marzo, se trata de recursos federales y estatales que fueron destinados y etiquetados para la Universidad pero que la Administración de Duarte no ha entregado.
“El Consejo Universitario General, máxima autoridad colegiada de la Universidad Veracruzana, ante la indignación de su comunidad por la afectación al buen desarrollo de las funciones sustantivas de la UV, acordó respaldar las acciones emprendidas en defensa de su patrimonio”, resolvió el Consejo en su sesión.
Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana, en la Plaza Lerdo, frente al Palacio de Gobierno, tras la marcha que congregó a miles, el pasado jueves en Xalapa, emitió un discurso, digno de un líder estudiantil, de un líder revolucionario, que en su afán de lucha y como ocurrió en distintos países del Medio Oriente, buscaban derrocar al dictador, al más corrupto, al mayor asesino intelectual, al más cruel asesino material o a todos en su conjunto:
“Nos deben. Nos deben el derecho a soñar.
Nos deben la esperanza de un mejor futuro. Nos deben la confianza en las instituciones. Nos deben una juventud sin miedos. Nos deben a los desaparecidos.
Nos deben la paz de los violentados y la de sus familias. Nos deben recursos que son obligaciones, porque no son de ellos, fueron otorgados por el pueblo. Nos deben los derechos de nuestros jubilados.
Nos deben las libertades y las capacidades críticas generadas por el conocimiento Nos deben mayor cobertura en la educación superior.
Nos deben mayor acceso a la educación superior de las clases desprotegidas, muy particularmente de nuestros grupos originarios.
Nos deben el respeto a la diversidad, de etnia, color, género, preferencia política o religiosa. Nos deben la seguridad del cumplimiento de nuestras metas.
Nos deben la certeza de nuestros trabajos. Nos deben los sueños de nuestros jóvenes. Nos deben los impuestos que nos han sido descontados nominalmente y no enterados a hacienda. Nos deben lo que ha sido signado y convenido.
Nos deben los valores éticos de fraternidad, de compromiso. Nos deben nuestros sueños de un mejor Veracruz, de un mejor México. Nuestra comunidad ha sabido expresarse de muchas maneras.
Gracias a los veracruzanos, gracias a todos los mexicanos que nos apoyan, gracias a las universidades hermanas nacionales y de otros países que están con nosotros. Saludo fraternalmente a todas las regiones de la Universidad Veracruzana.
Todos somos UV. Nos deben y nos tienen que cumplir”.
La protesta rompió las fronteras, todo México era territorio UV esa tarde-noche y el día siguiente, varias peticiones vía www.change.org navegaban por las redes, Javier Duarte, se ha convertido en el ejemplo perfecto de la putrefacción política del México de hoy y ha superado, con creces, el récord de desvío de recursos públicos de Moreira.
Más claro, ni el agua, Duarte, se esta quedando solo y podría ser sacrificado en un juicio político sin precedente o puede acumularse a la larga lista de ex gobernadores cobijados por la impunidad y ese entramado tan nefasto que le llaman poder político.
Si esta declaración de Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI, que emplazó al Gobernador de Veracruz, a rendir cuentas concretas y verdaderas ante los reclamos sobre corrupción que enfrenta, no es significativa, nada lo es y tampoco me tomaré por sorpresa:
“Javier Duarte deberá de estar presentando, obviamente, cuentas concretas y verdaderas a los veracruzanos. Al PRI nos ocupa mucho cualquier señalamiento que se pueda hacer de bueno o mal gobierno y actuamos en consecuencia. En lo bueno, insistimos, y en lo malo, lo sancionamos”.
Esperemos pues, el desenlace, de esta “Primavera Jarocha”, que sea sin precedente y por lo tanto…sin desperdicio.
aatimes.mx