Cd. de México (11 julio 2016).- La Profepa detectó irregularidades en la administración de fármacos al gorila Bantú, fallecido cuando iban a trasladarlo del Zoológico de Chapultepec al de Guadalajara.

 

Ignacio Millán Tovar, subprocurador de Recursos Naturales, señaló que aún investigan si la muerte se debió a una negligencia o un error en la aplicación del protocolo.

 

Sin embargo, hasta ahora han hallado irregularidades, tanto en el manejo de fármacos para sedar al gorila como con la posterior disposición de su cadáver.

 

El protocolo de manejo de fauna silvestre en el que se basó el Zoológico de Chapultepec, agregó, establece que se le aplicaría una dosis de 3 mililitros del anestésico tiletamina-zolacepam, pero le aplicaron dos dosis de sustancias distintas.

 

“Ni el mismo Protocolo de manejo de fauna que ellos nos presentan está cumplido al 100 por ciento, toda vez que las dosis manifestadas en ese protocolo fueron alteradas. Originalmente, el protocolo manejaba que se le tenían que aplicar 3 mililitros de la sustancia compuesta de tiletamina-zolacepam y después ellos le agregaron 1.5 más mililitros.

 

“Pero aquí lo curioso es que le administraron otro tipo de fármacos como ketamina y medetomidina, que son otro tipo de fármacos diferentes a los que manejaron originalmente dentro de su protocolo”, señaló Millán Tovar.

 

La Profepa esperará resultados de las muestras de sangre que serán procesadas en tres laboratorios de patología distintos: el del Zoológico de Chapultepec, el de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM y el del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria.

 

Adicionalmente, se realizan gestiones para que las muestras sean analizadas en un laboratorio de Estados Unidos.

 

“Lo que estamos haciendo con estos hallazgos es solicitar que los laboratorios nos definan, a través de un estudio patológico, si alguno de estos malos manejos de fármacos pudieron haber propiciado la muerte del ejemplar”, explicó.

 

Como parte de la investigación, agregó, se detectó que uno de los fármacos utilizados no fue debidamente etiquetado para su identificación, a diferencia del resto de las sustancias empleadas.

 

“Les aseguramos todos los medicamentos y encontramos algunos perfectamente etiquetados con los registros de Sagarpa para el manejo veterinario, pero hay un frasco que no presenta ningún tipo de registro de la autorización. Esto lo vamos a analizar con Sagarpa, a efecto de que nos puedan definir si esto es o no legal”, dijo.

 

Tras la muerte de Bantú, añadió, la dirección del Zoológico fue omisa al no notificar inmediatamente el fallecimiento a la Profepa y optar por realizar de noche la necropsia del ejemplar.

 

“Al momento de iniciar la visita, (el 7 de julio, un día después de la muerte del ejemplar), nos encontramos que el cadáver ya estaba totalmente diseccionado y agrupado en diversas bolsas, por lo que, a efecto de tener la certeza de que estuviera completo el ejemplar, se les pidió que se sacara de las bolsas y lo pusieran en la plancha del laboratorio”, detalló.

 

Se revisará, puntualizó, por qué diseccionaron el cuerpo del gorila, basándose en la NOM087, referente a residuos peligrosos biológico-infecciosos.

 

“Ellos, cuando llegamos, tenían la pretensión de incinerarlo, entonces nosotros lo aseguramos y, hasta que no se defina la causa, ordenaremos cuál es el mejor destino que se le debe de dar a Bantú”, agregó Millán.

 

En aproximadamente un mes, calculó, se contará con los resultados de los laboratorios de patología y se determinará si el Zoológico de Chapultepec actuó con negligencia.

 

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