DETRÁS DE LA NOTICIA

Entre los atavismos colonialistas que persisten en las nuevas generaciones de mexicanos, pero sobre todo, en la nueva clase gobernante destaca el deseo permanente que Estados Unidos resuelva nuestros problemas.
Desde el arribo de los trepadores tecnócratas neoliberales a la presidencia de la República, ha sido muy cómodo, fácil y sencillo para ellos endosar al gobierno norteamericano la culpa de nuestros problemas.
No obstante, los responsables de la creciente migración por la falta de millones de empleos en México son los gobiernos neoliberales. La falta de garantías para invertir y la brutal violencia ahuyentan las inversiones. 
Lamentable y dolorosamente, los mexicanos olvidamos la actitud mesiánica protestante del imperialismo yanqui, guiada por el Destino Manifiesto de la Doctrina Monroe “América para los americanos”. Así nos ha ido.
Su hipócrita doble discurso y doble moral es, ciertamente, genialmente perversa, pues pecan de cínicos, pero no mienten, por el contrario, engañan con la verdad “no tenemos amigos, tenemos intereses”.
El imperio norteamericano lleva, incluso, su pragmatismo al extremo de aceptar a gobiernos sátrapas y corruptos, mientras acepten ser sus socios comerciales y ante todo cómplices en los negocios sucios.
Se le atribuye al presidente estadounidense Roosevelt
Basta recordar la frase de Cordell Hull, secretario de Estado del presidente estadunidense Franklin D. Roosevelt: «Puede ser que Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta» ¡Imagínese, querido lector!
La historia del mundo en general, pero particularmente la de los países de América Latina, está plagada de invasiones, agresiones e intervención de los Estados Unidos en defensa de sus intereses geopolíticos.
Erigido en “policía del mundo”, Estados Unidos está convencido y así lo ha hecho sentir a todos los pueblos de la Tierra que tiene derecho, a través del dinero, a quitar y poner gobiernos donde y cuando se le antoje.
Ingenuamente, pueblo y gobierno de México, apostaba anoche a que ganara la presidencia de Estados Unidos Clinton sin tomar en cuenta que triunfe ésta o Trump, finalmente, pierde México.
Y ocurrirá así por Hillary y Donald son instrumentos del establishment, es decir, simples peones de la élite gobernante de los banqueros de Walt Street, o sea, la misma gata nada más que revolcada.
Nada ilustra mejor la ingenuidad de los mexicanos frente a Estados Unidos que la letra de la canción del sensacional cantautor Chava Flores:
“¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano? ¿A hacerte rico en loterías con un millón? Mejor trabaja, ya levántate temprano; con sueños verdes solo pierdes el camión”.
“¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano? Con sueños de opio no conviene ni soñar: sueñas una hada… y ya no debes nada,,. tu casa está pagada ya no hay que trabajar. Ya está salvada la Copa en la Olimpiada, ¡soñar no cuesta nada… que ganas de soñar!”.
“¡Ah!… Pero eso si… mañana si que lo hago,
pero eso si… mañana voy a ir… nos vemos a las 9 en punto
pero eso si… mañana sí te pago… mira por esta mano y si no me crees aquí traigo otra”.
“¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano? Deja el tesoro que Cuauhtémoc fue a enterrar cuando centavos se te escapan de la mano buscando un taxi que jamás te va a llevar”.
“¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano? Que faltan niños pa’ poblar este lugar, sigue soñando que no hay contribuciones, que ya no hay mordelones, que ya puedes ahorrar.
Sigue soñando que el PRI ya no anda en zancos que prestan en los bancos que dejas de fumar…”.
“¡Ah!… Pero eso si… mañana nos casamos…
pero eso si… mañana te lo doy dando, dando pajarito volando…
pero eso si… la última y nos vamos (¡no!).
¿A qué le tiras cuando sueñas, soñador?
Dejemos de soñar que los presidentes de Estados Unidos resolverán nuestros problemas. Si a nuestros presidentes no les importa resolver los problemas de México, imagínese si a los gringos les interesa.
Cobremos conciencia sobre la trascendental importancia que tiene pasar de la democracia simplemente representativa a una auténtica democracia participativa y deliberativa.
Ello traerá consigo exigir a nuestros gobernantes que cumplan con sus obligaciones claramente establecidas en la Constitución, pero también que los ciudadanos cumplamos con nuestras obligaciones.
El problema es que somos muy capaces para exigir que se respeten nuestros derechos sin cumplir con nuestras obligaciones. Somos fervientes partidarios “que la voluntad del Señor, se hagan en los bueyes de mi compadre”.
Mientras cada uno de los mexicanos no cambiemos de actitud frente a nosotros mismos, frente a la vida y frente a los demás, será muy difícil casi imposible que México cambie para bien.
Mientras no asumamos nuestra responsabilidad histórica y social y asumamos por convicción que somos corresponsables de lo que ocurre a México, éste continuará hundiéndose en el desastre.
Y la solución sin ser simplista es simple y sencilla exijamos que nuestros gobernantes respeten y hagan respetar la Ley, al mismo tiempo los gobernados cumplimos la Ley y exigimos su respeto.
Corregir el rumbo requiere fundamentalmente recuperar el sentido estricto de la educación que se mama en el hogar y continúa en la escuela y en la sociedad en general, pero educación integral con valores universales.
Sin educación de calidad, seguiremos condenados a continuar viviendo atenazados por el círculo perverso de la ignorancia y la miseria, sin importar que contemos con probado talento y vastos recursos naturales.
Estos últimos seguirán siendo saqueados por el imperialismo yanqui, con la complicidad de los pseudorevolucionarios socialistas y comunistas, que solo buscan luchar contra los burgueses capitalistas para terminar convertidos en nuevos ricos.
Ahí están en Oaxaca los más de 500 dirigentes de organizaciones sociales, sobre todo, las radicales, brazo político de los grupos armados que operan en Oaxaca, presumiendo sus riquezas públicamente. 
Hipócritas, farsantes, que de manera por demás incongruente utilizan a los pobres por los que dicen luchar como simple carne de cañón. Hoy por hoy, se han apoderado de los sectores de la educación y de la salud.

alfredo_daguilar@hotmail.com
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@efektoaguila