SENDERO
Numerosas personas de esta ciudad y de diferentes partes del país convivieron durante varios días de la semana que concluyó con el gurú Gustavo Toro Uribe para seguir explorando juntos, entre preguntas, respuestas y reflexiones, las maneras y estilos de vida para ser mejores seres humanos.
Estamos en el mejor momento de nuestra vida, dijo en repetidas veces el maestro, cuando surgieron entre el público las expresiones de preocupación y dudas por lo que vemos en la sociedad o nos enteramos a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Más bien trabajemos sobre nosotros mismos, desarrollemos las potencialidades que tenemos, vivamos sin miedos, fueron sus palabras de motivación.
No despreciemos ningún instante de nuestra existencia. Cualquier experiencia, buena o mala, nos sirve para crecer, para ser mejores, para seguir adelante en el proceso de evolución. La vida no es injusta; hay injusticia en la vida, que es diferente. Si no hay experiencias positivas o negativas, de dónde voy a aprender para mejorar, se cuestionó.
Cada generación transmite sus experiencias, pone algo o mucho de su parte para avanzar. Ciertamente que las generaciones pasadas no tuvieron las oportunidades de que disponemos ahora. Siempre ha habido guerras, muertes y cosas de que nos asustamos ahora. No son cosas nuevas, producto de estos tiempos de modernidad. La vida evoluciona, los seres humanos evolucionamos.
Y así vamos creciendo también en conciencia. En lugar de decir que los tiempos de antes fueron mejores, asumamos nuestra responsabilidad en estos momentos y no sigamos echándole la culpa a los otros, al gobierno que no cuida nuestra salud, o tenemos problemas en educación, en cuestiones de dinero.
La familia juega un papel muy importante, donde se gesta todo, ya sea en salud, en educación o en economía, donde hay que construir liderazgos individuales para trascender a la sociedad. Nos quejamos de todo cuanto nos sucede, pero habría que preguntarnos y respondernos con sinceridad qué estamos haciendo cada uno de nosotros para mejorar nuestra vida y la de nuestros hijos.
Nosotros nos hemos clavado el cuchillo, nos estamos encaminando al suicidio, a la muerte, porque nos hemos hecho irresponsables de nuestra vida, de nuestra salud. Entonces, hay que retomar el paso. El gobierno que cumpla lo que le corresponde, claro está, pero cada ser humano tiene que hacerse responsable de sí mismo.
En el compartir e intercambiar ideas, experiencias y conocimientos se fueron los días de la semana pasada. No hay recetas ni fórmulas mágicas para resolver problemas, el asunto es asumir la responsabilidad individual, el liderazgo de sí mismo.
Un reportero le preguntó al gurú sobre las quejas eternas que hay en contra de los políticos, de los gobernantes. La reflexión fue de que mejoremos la sociedad y los sistemas de gobierno desde las familias, de donde salen quienes nos gobiernan. No podemos esperar resultados óptimos donde no hemos cultivado valores.
Aparte de las actividades de desarrollo humano a las que se dedicaron hombres y mujeres, hubo además espacio para aprender a preparar alimentos con productos sanos y nutritivos que se cultivan en Oaxaca. La esposa del gurú Rocío Martínez impartió un taller de cocina ovolactovegetariana.
También hubo un taller de meditación, un aprendizaje que conduce a calmar el cuerpo físico, la mente y el alma, para vivir en armonía con los demás seres humanos y el mundo, sin tensiones ni miedos.
¿Problemas? Éstos nunca nos van a faltar, siempre han habido y seguirán habiendo, son oportunidades para medir nuestras capacidades de crecimiento. El gurú dialogó todos los días de la semana con las personas que asistieron a las diferentes actividades, bajo la coordinación de la Red Cultural GFU para la Fraternidad Humana.
Participaron miembros de la institución de Puebla, Tamaulipas, Veracruz, Coahuila, estado de México, ciudad de México y, desde luego, de Oaxaca.