La psicosis nacional por la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos es tal, que pareciera que adelantamos el 2018 y se eligió a otro mexiquense priista como Presidente de México.
Pero detrás del pasmo, del asombro ante lo que se veía “imposible”, de la sacudida que nos dio una realidad que no quisimos ver, se esconde una pregunta: ¿Qué vamos a hacer los mexicanos con Trump? ¿Cómo vamos a enfrentar sus amenazas?
El viernes pasado asistimos al IMEF Business Summit 2016 organizado en Monterrey por los ejecutivos de finanzas de todo el país y entre los ponentes encontramos dos propuestas sensatas, creativas y viables.
La primera fue de Jorge Castañeda, el intelectual y politólogo que busca hoy su camino hacia la candidatura presidencial como independiente.
El excanciller dijo que la elección de Trump es lo peor que le podía suceder a México. Pero advirtió que se debe de diseñar una estrategia inmediata para enfrentarlo.
Y como caso práctico dijo que el gobierno mexicano tendría que mandarle un claro mensaje al Presidente electo de los Estados Unidos para decirle, por supuesto, que va a aceptar la deportación de los indocumentados.
Pero que su repatriación estaría sujeta a que cada potencial deportado exhibiera sus papeles que lo acreditaran como ciudadano mexicano.
Que eso se debía exigir porque nuestro país no tendría por qué recibir en automático a millones de centro y sudamericanos que también serían deportados.
Esa sola acción, advirtió Castañeda a una audiencia a la que cautivó, frenaría en sí misma una deportación masiva porque sería difícil que los indocumentados capturados pudieran exhibir sus papeles que acreditaran su ciudadanía.
Otro ponente que también sedujo a los ejecutivos de finanzas de México fue Jeffrey Davidow, quien les recordó que en esta cruzada para frenar a Trump, México no está solo.
El exembajador de Estados Unidos en México propuso que lo antes posible México tendría que concretar un frente común con Canadá, el socio que también se ve amenazado frente a los reajustes o la cancelación del Tratado de Libre Comercio.
No sería nada fácil el que de manera unilateral, por sus pistolas, como se dice, Trump entrara en abierto conflicto con una férrea alianza Canadá-México, sus dos principales socios comerciales con 7 mil kilómetros de frontera.
Pero por encima de las propuestas concretas y bien recibidas de Castañeda y de Davidow, lo que los mexicanos necesitamos saber es cuál será la estrategia del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Es tanto lo que está en juego sobre la mesa y tan frágiles las relaciones con un personaje tan volátil, tan irascible, tan fanático y tan egocéntrico como Donald Trump, que la ciudadanía en zozobra siente la urgencia de que se fije postura.
Bajo la nueva realidad, que es en sí misma una pesadilla, pero que entrará en vigor con todo su poder el 20 de enero del 2017, ¿serán la actual canciller Claudia Ruiz Massieu y el embajador Carlos Sada las mejores cartas para enfrentar la sorpresa llamada Trump? Comencemos por eso.