Un alto funcionario que lamenta la anarquía en que devino el gobierno “del cambio” que, afortunadamente, toca a su fin, me dijo: la causa principal es el desmadre (entendido como lo que sale de su cauce, el río que sale de madre) entre los miembros del gabinete. Todos se sentían con derecho a hacer lo que quisieran con su parcela de poder. Lo sentían suyo, como un premio por su participación en la alianza electoral. Por lo mismo nadie les podía condicionar el puesto, menos exigirles responsabilidad, ni el gobernador.

Con este razonamiento, producto del onagro conocido como “alianza por la paz y el progreso”, los miembros del gabinete formal y ampliado de Gabino Cue, rompieron la coordinación, la disciplina y las jerarquías. También la vergüenza, la responsabilidad y la honestidad. “Todos se creen generales”, decía mi informante. Cada quien actuaba de acuerdo a sus intereses de grupo, contrataban, disponían de recursos, etc. Es la experiencia política más lamentable para Oaxaca.

El gran desorden en el gobierno cuyos resultados lamenta Oaxaca, lo confirmó Carlos Santiago Carrasco al comparecer el lunes pasado ante la legislatura del estado para informar sobre el estado que guarda la gobernabilidad.

El responsable de la política interna e hipotéticamente “jefe del gabinete” aunque nadie atendiera sus instrucciones, tuvo que confesar la verdad descarnada ante los legisladores.

En el caso de los 21 saqueadores nombrados administradores municipales por los diputados del congreso pasado, señaló “el “gran daño que hacen a los municipios porque muchos de ellos no acatan disposiciones y ¡¡se llevan los recursos del pueblo!!”.

Carlos Santiago quien llegó como emergente a tratar de contener el derrumbe de la gobernabilidad en el último tramo del gobierno del desastre, pidió a los nuevos diputados “sean aliados para que los municipios no tengan más administradores municipales” (de esta calaña).

Al menos para hacerlos sentir vergüenza pública, su lamento no terminó allí. Para fustigar el historial de la más onerosa y peor legislatura del estado (la LXII) dijo: “Yo espero que la Contraloría del Estado tenga los expedientes y que la Auditoria Superior del Congreso cuente con documentos para que puedan estar solicitando a estos administradores rindan cuentas”. La ironía fina de Santiago Carrasco no terminó allí. Aclaró que la gobernabilidad no es solo responsabilidad de la Secretaría General de Gobierno, “la gobernabilidad es responsabilidad de todos”.

También repartió responsabilidades al señalar que “hay algunas instancias que procuran no atender los asuntos que les corresponden y se convierten en un nivel de ingobernabilidad. Todos los conflictos llegan a la Secretaría de Gobierno. Hay autoridades municipales que, incluso, cuando les buscamos no acuden a las mesas de negociación y nos dejan a nosotros como si fuéramos los únicos responsables de atender los conflictos que competen también a ellos”. Al tocar el tema de la corrupción, afirmó que este fenómeno se ha arraigado tanto entre los ediles que “un presidente municipal, a pesar de estar cobrando el costo de electrificación de pozos de agua potable, no pagó y el pueblo se quedó sin agua”.

AL LADRÓN…

Ayer anoté en redes sociales que un gobierno ladrón no tiene la autoridad moral para pedir a un sindicato ladrón (sección 35 del SNTSS) que modere sus pretensiones laborales que rayan en lo absurdo. “Si los de arriba roban yo por qué no” dice la jerga del saqueo sexenal a costa de la salud pública.

Me dicen que en la negociación por el pago de uniformes directamente con la jefa de Recursos Humanos de la SSA en oficinas centrales, los líderes sindicales, Mario Félix “el gato Félix” y su compadre Jenoé Ruiz quien opera como “poder tras el trono”, fueron exhibidos. No los bajaron de rateros.

Con la nómina de trabajadores y el costo real de cada uniforme, les probaron su transa millonaria. Les dieron “atole con el dedo” al ofrecerles vales de despensas en lugar de uniformes y al final no les pagaron por lo que reactivaron su alboroto de huelga. Empleados bien informados me aseguran que no les van a cumplir, por lo siguiente:

Primero, al aceptar vales confirmaron que no son necesarios los uniformes de trabajo.

Segundo, les demostraron que la dotación de uniformes cuesta menos de la mitad de los 120 millones de pesos que exigen. Que el paquete se encarece por la “mochada” que se llevan los capos del sindicato -Jenoé y el gato Félix- y los funcionarios de la SSO.

Pero el tema de los uniformes es apenas la punta de la madeja de la gran corrupción que prohíjan los directivos de la sección 35. Son cómplices del robo del siglo que es causa de la gran tragedia de los oaxaqueños con menos recursos que están muriendo en lo que queda de los hospitales públicos sin medicinas, ni equipo, ni personal médico.

¿Y LOS PECES GORDOS?

A partir del descubrimiento de las nóminas dobles y el pago de compensaciones, contratos de personal fantasma, amigos y amantes de los altos funcionarios, se inició la peor tragedia al interior de la SSO. Llegar hasta el crimen del administrador Rafael Pérez Gavilán un día antes de revelar el desvío multimillonario, prueba lo tenebroso del caso. Aunque el fiscal general Joaquín Carrillo ha dicho que “estamos investigando” al ex secretario de salud Germán Tenorio, es de dudarse. Los mafiosos prefieren morir que denunciar a sus cómplices. El anuncio de que Germán Tenorio está inhabilitado para la función pública, es mero distractor. Es cortina de humo cuando vemos, por ejemplo, que José Correa, artífice de la doble nómina y desvíos de recursos, ni siquiera ha sido llamado a declarar por la instancia judicial.

Así me lo dice un trabajador sindicalizado y me da argumentos.

Aparte de la mochada por cada adquisición de uniformes, los dos alegres compadres -el gato Félix y Jenoé- reciben de los funcionarios muchas prebendas para que “no rajen”. Ejemplos: El edificio donde funciona la jurisdicción sanitaria uno, es propiedad de Jenoé quien factura a precio alzado. Su hijo tiene el contrato para fumigar todas las instalaciones de la SSO. La pésima ampliación del centro de salud uno, no ha sido concluida pero la constructora que recomendó el sindicato cobró por adelantado.

Si el robo del presupuesto para la salud pública que tolera el gobernador Gabino Cue es un crimen, es doblemente canallesco que el sindicato entre a la complicidad por conveniencia de sus líderes. En el hospital infantil no hay insumos para la quimioterapia que requieren los infantes con cáncer. Desde hace más de un año, no pagan a la empresa proveedora. En el hospital civil no hay ni café para los médicos residentes.

Cauto, el Secretario emergente, Héctor González, dijo ante los diputados que “las investigaciones, por las presuntas fallas y omisiones cometidas por funcionarios de la dependencia”, las realizan instancias federales y estatales ¿Será verdad?