El desfile popular de homenaje al fundador de la Revolución abre siete días de honras fúnebres que cerrarán el domingo con su sepultura en Santiago de Cuba

Después del fin de semana de atonía que ha seguido al anuncio del viernes de la muerte de Fidel Castro, Cuba enciende esta mañana los motores de la despedida final. A las nueve se han abierto las puertas del memorial José Martí, para que el pueblo entre a rendir tributo al padre de la Revolución cubana, incinerado el sábado. Se espera que por la icónica Plaza de la Revolución, donde está el memorial, pasen hoy miles de cubanos. La entrada de gente se prolongará hasta las diez de la noche de manera ininterrumpida.

La plaza en la que Fidel Castro está siendo despedido es la misma en la que generaciones y generaciones de cubanos escucharon sus legendarias, por poderosas y extenuantes, alocuciones.

Mientras los primeros cubanos accedían al memorial han retumbado en La Habana y en Santiago de Cuba, simultáneamente, 21 salvas de artillería disparados por soldados del Batallón de Ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El domingo, día del sepelio en Santiago de Cuba, sonará otra vez el mismo número salvas en ambas ciudades. Hoy, además, se lanzará en la capital un salva de cañón cada hora hasta las seis de la tarde.

El Gobierno ha decidido posponer para el 2 de enero de 2017 los actos de conmemoración del desembarco del yate Granma en la costa de Cuba el 2 de diciembre de 1956. El hito de la llegada en barco de Castro con sus rebeldes desde México, del que se cumplirá este viernes 60 años, también se ha tenido que aplazar por un hito mayor: la muerte del propio capitán del Granma.

Mañana el memorial abrirá de nuevo hasta mediodía y entonces se empezará a organizar la plaza para el momento probablemente sea el momento más abrumador de la semana. A las siete de la tarde del martes dará comienzo lo que el protocolo del Estado socialista ha anunciado como “un acto de masas”. Cientos de miles de cubanos se apretarán en la enorme explanada para darle el último adiós a Fidel Castro en la oscuridad de la noche.

Pero quedarán, todavía, cinco de los nueves días de homenaje. El miércoles por la mañana las cenizas de Castro serán acomodadas en un coche fúnebre para emprender un recorrido solemne a través del espinazo de la isla hasta llegar el sábado a Santiago de Cuba. Una ruta de doble implicación simbólica porque desanda la que hizo Castro con su columna rebelde en 1959 desde el extremo oriental del país hasta su entrada en La Habana, y porque en Santiago recibirá sepultura en el cementerio de Santa Ifigenia, donde se ha construido un mausoleo para él junto al del héroe nacional José Martí.

Se espera que este lunes empiecen a llegar a La Habana los presidentes y personalidades que lleguen para los actos de despedida de Fidel Castro y que podrían estar presentes en la concentración masiva del martes al anochecer. El presidente ruso, Vladímir Putin, no acudirá a la ceremonia, y en su representación asistirá el presidente de la cámara de Diputados, según ha confirmado el Kremlin. Entre las presencias confirmadas está la del rey emérito de España, Juan Carlos, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

El País