La leche es uno de los alimentos básicos para que los niños tengan un buen desarrollo tanto físico como mental, aunque de acuerdo a un nuevo estudio, también es vital para mantener un peso adecuado.
Un artículo publicado en American Journal of Clinical Nutrition, afirma que los niños que beben leche entera que contiene 3,25% de grasa, tienen un Índice de Masa Corporal de 0,72 unidades por debajo de los que consumieron leche baja en grasa o descremada.
El doctor Jonathon Maguire, autor del estudio y pediatra del St. Michael’s Hospital, en Toronto, Ontario, Canadá, explica que no se evaluó por que el consumo de este líquido con mayor contenido de grasa se asocia a menores índices de IMC, aunque podría deberse a la sensación de saciedad que provoca.
Detalla que si los niños no se sienten satisfechos con la leche, son más propensos a comer otro tipo de alimentos menos saludables y con mayor número de calorías. Por ello, aunque algunos tomen la baja en grasas, terminan comiendo más calorías de las que requieren a través de otro tipo de alimentos.
Aporta gran cantidad de vitamina D
Otro de los resultados que se encontraron en el estudio, fue la alta cantidad de vitamina D que tenían los niños que consumían una taza del producto al día, la cual equivale a tres tazas de la baja en grasas.
De igual manera, se puede presentar una relación inversa en los niños entre la grasa corporal y las reservas de la vitamina D, de forma que a medida que aumenta la grasa corporal, disminuye la vitamina.
“Los niños que beben leche baja en grasa no tienen menos grasa corporal y tampoco se benefician de los niveles más altos de vitamina D en la leche entera. Es un doble aspecto negativo de leche baja en grasa”, explica Maguire.
Los resultados difieren de otros estudios
Lo descubierto en el estudio pone en duda lo afirmado por la Health Canada, National Institutes of Health y American Academy of Pediatrics, quienes indican que la medida ideal para los niños son dos porciones de leche baja en grasa para los mayores de dos años, pues esto prevendrá la obesidad.
Maguire aclara que es necesario examinar de cerca los datos existentes sobre la grasa de la leche para saber si realmente están teniendo el efecto deseado.
(Con información de Infosalus)