Cuando el hoy gobernador electo Alejandro Murat Hinojosa fue ungido candidato del PRI, sus allegados me comentaron que buscaría gobernar Oaxaca “no como un fin, sino como el medio” ¿esto que expresa? Que, dada su juventud, tiene un anhelo: Que el gobierno de Oaxaca le signifique el medio para saltar a otras latitudes políticas.
Soñar no cuesta nada. Lo mismo repensaron los panegiristas de Gabino cuando hace seis años fue ungido “gobernador del cambio”. Ya lo fantaseaban presidenciable ¿y qué pasó? Cayó en la “orgía de la ambición”, en palabras de uno de sus principales allegados, José Antonio Estefan Garfías.
Aparte de esa codicia que derivó en el saqueo más brutal del presupuesto de Oaxaca, Gabino fue obligado a pagar facturas muy onerosas a todos los grupos insaciables que, supuestamente, lo llevaron al poder. La idea se la vendieron los “cerebros” del cartel 22. Pero no solo eso. Esos mismos grupos “sociales” se multiplicaron como cucarachas en las cañerías del palacio. Alcanzaron impunidad y crecieron a la sombra del cartel 22 al grado de engullirse el poder y convirtieron al gobernador en su rehén.
Esta metáfora se puede repetir en el próximo gobierno si Alejandro Murat Hinojosa no da un golpe de timón y establece una nueva relación transparente y de rendición de cuentas con esas organizaciones sociales que, cebados en la euforia del gobierno “del cambio”, se alzaron como un gobierno paralelo de facto.
En los momentos más álgidos de las movilizaciones del cartel 22, la sociedad oaxaqueña que, como siempre, padece los bloqueos de calles y carreteras, de centros comerciales y edificios públicos, exigía al gobierno que sus negociaciones con los dirigentes fueran públicas. Oaxaca tiene el derecho de saber bajo qué condiciones el gobierno entrega gran parte del presupuesto público, al cartel 22 y sus organizaciones afines. No hubo respuesta.
Entre la gran alharaca que están armando esos grupos con sus movilizaciones previas al relevo de gobierno, convencidos de que “el que no grita no mama”, el nuevo gobernador puede encontrar la fórmula mágica: transparencia.
También honestidad. Alejandro debe saber que un miembro de su gabinete sin calidad moral no puede exigir transparencia y honestidad a los gobernados. Un funcionario con antecedentes de ladrón, no puede pedir al líder de una agrupación que no debe robar, que tiene que rendir cuentas del dinero público que recibe. Si recicla funcionarios con estos antecedentes, entonces podemos decir que la desesperanza se enseñorea en Oaxaca.
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FALLÓ LA CARTERA
En junio pasado, cuando los insaciables dueños de esas organizaciones sociales amenazaron, como lo hacen hoy, con sembrar el caos y la violencia, escribí:
Pregunté a un alto funcionario del gobierno. Le dije si había fallado la política. La respuesta fue a bocajarro. No. Lo que falló fue la cartera. No les dieron su “techo financiero” y están armando bronca. Los líderes de estos grupos traen la escuela del chantaje político que la 22 sembró desde el 2006.
La única variante es que los terroristas ya no son todos profesores, la mayoría son ingenuos, arrastrados en una aventura incierta por los “maistros” que manejan “organizaciones sociales” como FIOB, FPR, CODEP, MULT, COMUNA, COCEI, entre otras que al sentir que se acababa la fuerza -y el dinero- del cartel 22, han brincado al partido MORENA ¿Quiénes son?
El negocio les gustó a Flavio Sosa del COMUNA, a Uriel Díaz Caballero del MUTL, a Carlos Aguilar Castellanos, dueño del FALP; Bernardino Bautista del FIOB, Alfredo Esparza de MAIZ, Samuel Hernández del CODEP, entre otros muchos. De acuerdo a la filtración de una pequeña muestra de lo que la Sedesho, les entrega. Veamos lo que recibían.
El MULT se embolsó 197 millones de pesos en los años 2011-12. Los recibió Uriel Díaz Caballero. No hay una sola evidencia de que tanto dinero haya servido para reivindicar a los triquis que mueve a su antojo.
En ese mismo lapso de tiempo, en nombre del FALP su propietario motejado “chino mugres” Carlos Aguilar, se embolsó 77 millones de pesos. Es tan mañoso que en su natal Tlacolula, lo detestan.
El FIOB de Bernardino Ramírez Bautista, también en los años citados, recibió a fondo perdido –así entrega el gobierno tanto dinero- 27 millones de pesos.
En las barricadas de Nochixtlán, los reportes indican que los campesinos más agresivos contra la policía que los desalojó, los llevó Omar Alfredo Esparza quien controla la organización MAIZ. Este agitador profesional recibió del gobierno de Gabino Cue, en ese mismo lapso de tiempo, 7.5 millones de pesos. De igual manera, sin comprobación alguna.
Otra de las organizaciones más radicales es CODEP. El gobierno le dio en esos dos años, a su lugarteniente Samuel Hernández Morales, 98 millones de pesos.
Otro que recibía dinero -75 millones de pesos en dos años- era el demonio de Tasmania. Famoso mote de Flavio Sosa, dueño de COMUNA. Un pequeño botón que confirma que la glotonería de este “luchador social” no tiene límite. Su empresa, digo organización, COMUNA recibió en los tiempos que he citado, 74 millones de pesos.
LOS MACHETEROS
Otro que recibió más de 200 millones de pesos es CODEDI de Abraham Ramírez. Muy convencidos de que “la expropiación” de dinero al gobierno es un acto “revolucionario”, ayer bloqueo la carretera a Ejutla cuando la policía detuvo su caravana que venía con la intención de sitiar el congreso del estado. Exigía negociación.
En mayo del año pasado, 50 integrantes de la misma CODEDI -otro Frankestein del senador chilango BRM- sembraron el terror en Huatulco.
DURANTE una marcha en protesta por terrenos supuestamente “arrebatados” a San Miguel del Puerto, destrozaron 2 vehículos de la empresa “Grúas Bahía”. Se enojaron porque agentes de Tránsito detuvieron una de las camionetas de su líder por no tener placas. Llegaron hasta las oficinas de la policía, hicieron huir al personal, destrozaron muebles y robaron 3 computadoras. Son los mismos que con machete en mano se atrevieron a correr a los turistas de los portales del zócalo en junio del 2015.
Auténtico “perdonavidas”, el tal Abraham debe tener poderoso padrino para incurrir en tantas tropelías. Hace dos días se atrevió a amenazar con incendiar una gasolinera en Puerto Escondido, si no abastecían combustible a 50 vehículos para su caravana.
Es un delincuente empedernido. Tiene abierto un expediente y estuvo preso. Salió a través de una negociación política en el sexenio de Ulises Ruiz Ortiz. Lo rescató el senado chilango quien lo utilizaba para trabajos sucios.