El líder moral de la izquierda escribe ‘Cárdenas por Cárdenas’, amplio volumen donde narra la biografía política de su padre.
entrevista con cuahutemoc cardenas (Redacción AN).
México.- Durante más de 25 años, Cuauhtémoc Cárdenas ha sido una figura central en la búsqueda de la transición a la democracia en México. Gobernador de Michoacán, militante priista hasta mediados de los ochenta, cuando renuncia al tricolor para crear una nueva fuerza de izquierda. Fundador del PRD, tres veces candidato a la presidencia y primer Jefe de Gobierno capitalino.

En su libro, Cárdenas por Cárdenas (Grijalbo), pone un pie en el pasado y uno en el presente. A través de la biografía política del ex presidente Lázaro Cárdenas, recupera políticas y episodios que bien podrían servir para el presente, advierte. En entrevista realizada durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el analiza el legado de su padre y enfático que éste sexenio está marcado por los retrocesos.

¿Qué lo lleva a escribir sobre su padre ahora?

El libro nace de una ponencia que llevé a un encuentro que se hace Jiquilpan, convocado por el Centro de Estudios de la Revolución Mexicana de la localidad. Ahí presenté una revisión sobre los primeros años de Lázaro Cárdenas en Jiquipan precisamente, y creo que quedó más o menos legible. A partir de eso y de unas pláticas con mi esposa me puse a escribir. La guía fueron los apuntes de mi padre.

¿Hay archivos inéditos de su padre?

Puede ser que sí, pero mi guía fueron los apuntes, sus diarios y cartas, además de otras obras que me permitieron profundizar en su gobierno.

El libro es una biografía política en primera instancia…

La idea es seguir el día a día, qué hacía, dónde andaba. Tiene razón es una biografía política, pero en principio quería mostrar en qué ponía su atención.

¿Cuáles son los momentos álgidos en la historia de su padre?

Son muchos. Cuando siendo joven, escapa de la policía en Jiquipan; cuando se incorpora a la revolución y le toca combatir; cuando lo envían como comandante a la huasteca veracruzana en medio de un conflicto con Estados Unidos por la Ley del Petróleo impulsada por el presidente Calles, se preveía una invasión y la orden era que si los norteamericanos cruzaban a territorio nacional había que incendiar los pozos. Posteriormente las decisiones en torno al conflicto con el general Calles, su expulsión y la crisis de gabinete. La expropiación petrolera, los distintos repartos agrarios.

La relación con Almazán, candidato panista, fue complicada.

Fue una relación con un candidato de la oposición. En el libro hago referencia a un encuentro previo a la elección. Veintitantos años después el general Almazán hizo una publicación justificando su actuación y estableciendo unos señalamientos sobre mi padre y a los que respondió en su momento.

¿Fue represor Lázaro Cárdenas con Almazán? ¿Usted habría manejado la situación diferente?

Mire, eso es muy difícil decirlo. Uno no se puede poner en los pantalones de otro. Diría objetivamente que el manejo que se dio a la situación fue producto de las decisiones y circunstancias del entonces presidente de la república.

Durante el periodo cardenista se legalizó por un breve periodo marihuana…

Así es. Fue un periodo corto donde se legalizó el consumo y se abordó desde el punto de vista médico, lamentablemente la presión de Estados Unidos por medio de la amenaza de cerrar la frontera a otros productos del país, hizo que la legislación durara poco tiempo en vigor.

¿Qué sobrevive del gobierno de su padre?

Primero el ejemplo de una vida de congruencia entre lo que decía y hacía. Mantuvo una línea de conducta recta. En sus escritos y reflexiones hay muchas cuestiones útiles para analizar y en su caso enfrentar y resolver los problemas actuales. Hoy el campo está abandonado y en los postulados de Lázaro Cárdenas se cuenta cómo se echó a andar con experiencias exitosas. La falta de continuidad es algo que siempre nos ha perjudicado.

El campo, el petróleo y las relaciones internacionales, son puntos centrales del cardenismo y en los tres casos, hay vuelcos de ciento ochenta grados.

Así es, personalmente creo que la reforma energética se tendrá que revertir para que el Estado recupere el control de los recursos naturales del subsuelo. En términos de política internacional México era solidario con muchas causas de emancipación y soberanía en asuntos externos.  Ahora en cambio, nos hemos plegado a los intereses de los norteamericanos.

Algunos críticos argumentan que los tiempos son otros y por lo tanto las políticas de su padre son imposibles en la actualidad.

Si tenemos más pobreza, desigualdad, desempleo e inseguridad, es necesario hacer las cosas distintas. En el pasado hay experiencias que nos dejan ver que el país se desarrollaba con mayor tranquilidad social, estabilidad económica, con un ritmo de crecimiento más elevado. No se trata de hacer las cosas mecánicamente igual, eso sería absurdo, pero si habría que replantear los objetivos. No podemos seguir concentrando la riqueza en poca gente. Necesitamos combatir a fondo la corrupción, erradicar la pobreza a través de políticas sociales y de educación.

¿En qué momento el PRI da carpetazo al cardenismo?

Se da de manera gradual. A partir de la imposición del neoliberalismo, a principios de los ochenta se da marcha atrás conscientemente a todo lo que representara la Revolución Mexicana.

La izquierda, concretamente el PRD lo quiso retomar, pero también parece haberlo hecho a un lado.

El PRD, partido al que renuncié hace un par de años, mantuvo una posición correcta respecto al petróleo. Buscó una consulta sobre la reforma energética, pero la Suprema Corte lo evitó.

¿Es un desencantado de la política?

No hablaría de desencanto. Las diferencias me llevaron a salir del partido, en ese momento no estaba de acuerdo con decisiones que tomaba la dirección del PRD, lo que vino después no me corresponde juzgarlo.

Pero usted es una autoridad moral de la izquierda…

Si así se quiere ver sí, pero solo puedo decir que necesitamos revertir la reforma energética. Si con Lázaro Cárdenas se pudo hacer ¿por qué ahora no?

Donald Trump ha expresado su interés por revisar el Tratado de Libre Comercio, al que usted se opuso en su momento. ¿Esto sería una posibilidad de replantearlo de manera más favorable?

Ojalá se pudiera hacer una revisión con criterios que tuvieran por delante el beneficio del país. Desde su negociación planteamos pensar en un acuerdo de desarrollo que efectivamente buscara reducir las diferencias y asimetrías, para que México entrara en una fase de desarrollo económico.

Al menos son visibles cuatro fuerzas sociales y políticas de izquierda, ¿por qué es tan difícil que se unifiquen?

Ha faltado una propuesta, objetivo y programa unificador. Si esto se presentara como propuesta de trabajo y no necesariamente como una propuesta electoral podría unificar voluntades. Por eso pienso que lo importante es saber cuáles son los objetivos para el país y después tratar de construir un respaldo social y político, antes que pensar en cuestiones electorales.

Del sexenio cardenista hasta ahora, ¿en qué hemos mejorado y en qué hemos empeorado?

Sin duda hay avances reales. La infraestructura del país es distinta, pero socialmente hemos ido para atrás en términos generales, en especial en los últimos treinta años neoliberales. Se ha deteriorado la educación, la salud, el ingreso de la gente en términos reales. La delincuencia se ha apoderado de vastas regiones del país, esto nunca lo habíamos visto.

Recién el sexenio de Enrique Peña Nieto cumple cuatro años. ¿Qué balance hace? ¿Cómo será recordado su gobierno?

Será un recordado como sexenio de retrocesos en todos los sentidos. No veo avances reales por ningún lado. Hace falta un profundo cambio para que el país pueda entrar en una fase verdaderamente democrática y podamos superar nuestros problemas económicos y sociales.

¿Por dónde atraviesa este cambio?

Primero por políticas que combatan a fondo la corrupción, la impunidad y la delincuencia; que entiendan que estos fenómenos están vinculados a las políticas económicas y al panorama internacional. Necesitamos abordar el problema integral. El combate directo a la delincuencia no basta, hay que ir a fondo a las raíces del problema.

¿Usted está a favor o en contra de la despenalización de la marihuana?

Es una cuestión secundaria en un sentido, habrá que estudiarla en todas sus facetas. ¿Cómo se abordará desde el punto de vista sanitario, educativo? ¿Cuáles son sus consecuencias económicas y de seguridad? Hay que revisar todo esto.

Pero no me dijo si está a favor o en contra…

Se puede despenalizar, siempre y cuando en Estados Unidos se acelere el mismo proceso para que los aspectos delictivos del comercio no sean tan graves.

 

Aristegui Noticias / Héctor González