Hasta el Congreso del Estado llegó el fantasma del presidente electo de EU, Donald Trump.
Mientras diputados y todo el mundo lanzan voces que alertan sobre la violencia xenófoba, deportación masiva de mexicanos y el anuncio de cancelar o renegociar el TLC, en el seno del poder legislativo surgió ayer una voz sensata.
Ante las amenazas de Trump, el economista Luis Antonio Ramírez Pineda, pidió a sus compañeros diputados reflexionar sobre la amenaza que se cierne contra miles de oaxaqueños en el vecino país del norte.
Recordó que somos un estado de migrantes, que regiones enteras como la Mixteca y muchos pueblos de los Valles Centrales, viven de las remesas. Que Oaxaca ocupa el séptimo lugar en recepción de remesas. Tan solo este año, de enero a septiembre, según el Banco de México, Oaxaca recibió 1,045.5 millones de dólares en remesas que envían nuestros paisanos desde Chicago, California, Florida; Texas entre otros.
Esto podría ser el lado amable de los braceros, dijo el diputado presidente de la Comisión de Hacienda. Lo preocupante es que Estados Unidos deportó 243 mil 196 mexicanos tan solo en 2014. De ellos, 2 de cada 10 migrantes fueron Oaxaqueños o sea 20 mil 785 repatriados.
Ese es el reto que tenemos por delante, dijo. Luego pregunto al congreso ¿Cómo dar respuesta a esa ominosa realidad? ¿Qué hacemos en Oaxaca?
No es cuestión de lamentarse, dijo, y propuso tres puntos de acuerdo.
1.- Que los diputados pidan al Instituto Oaxaqueño de atención al migrante en Estados Unidos un informe detallado acerca de las acciones que está emprendiendo para defender los derechos de nuestros paisanos en suelo norteamericano y además, las medidas precautorias que se están tomando en nuestra entidad para incorporar a los deportados a nuestro proceso de desarrollo.
2.- Que la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del Estado informe a ésta Cámara sobre el programa de apoyo a los jornaleros agrícolas Oaxaqueños que venden su fuerza de trabajo en los campos de Baja California, Sonora, Sinaloa entre otras.
| 3.- Solicitar a la comisión de Asuntos Migratorios y Desarrollo Social de este Congreso dé seguimiento a las deliberaciones que el Congreso de la Unión realice con sus homólogos del Congreso Norteamericano y entregue información oportuna al pleno de esta Cámara de Diputados.
RESCATEN LA UABJO
La Universidad Autónoma “Benito Juárez”, en manos de verdaderos grupos mafiosos, cada uno protegido por políticos y sus respectivos grupos de interés, ha caído en los más bajos índices de aprovechamiento escolar. Algo peor, la han metido en una espiral de violencia de tal magnitud que podría ser engullida por esos grupos delincuenciales, hasta dejarla exánime.
El rector Eduardo Bautista me reveló, en charla informal, que el peligro que se cierne sobre la Universidad no es conjetura. Es una realidad y persistirá mientras el Estado mexicano no llegue a su rescate. Advierte que los grupos de poder que operan al interior de esta institución, han reducido casi a nada la autoridad del Rector. “Si el gobierno -federal y estatal- no actúan con voluntad política para recuperar la Universidad, el rector no puede hacer nada; se quedaría chiflando en la loma”.
Como ejemplo, desvela el juego perverso de intereses que se movieron en la reciente quema de la entrada lateral del emblemático edificio central.
-Con mucha antelación -recuerda- advertí el riesgo por la actitud violenta que adoptaron los porros alineados con uno de los candidatos para la dirección de la Facultad de Leyes (Miguel Ángel Vázquez, el Miguelón). Hice muchas llamadas a las instancias de gobierno y al Secretario de Seguridad. Al final, ni me respondían el teléfono.
MARTES NEGRO
Han pasado más de dos semanas de la brutalidad que significa el incendio del portón histórico del edificio central sin que haya un solo detenido y ayer la Universidad vivió otro martes negro.
Mientras el rector aún espera que el gobierno proceda contra los que resulten responsables de la quema del edificio histórico, la institución nuevamente sufrió el embate de los grupos irracionales. Por si no fuera suficiente con la media docena de sindicatos que tiene la Universidad, el eterno Silviano Cabrera, creó el suyo, lo llama SUA y también quiere su buena tajada del presupuesto. Ayer sembraron el caos al cerrar las oficinas centrales en CU y hasta retuvieron un rato al rector Eduardo Bautista. Por la mañana, los del STEUABJO cerraron la Escuela de Bellas Artes. El pretexto es que el director supuestamente contrata personal a espaldas del sindicato.
Desde siempre, la Universidad ha estado atada a los intereses de estos grupos cuyos cabecillas tienen el mismo modus operandi. Detrás de ellos está, invariablemente, un político de altos vuelos que es su protector. Tienen también un grupo de porros temerarios para recurrir a la fuerza bruta en caso necesario. En estos momentos el grupo delincuencial predominante es el que comandan “los chapos” que encabeza don Abraham Martínez Alavés, desde hace más de 20 años.
VALE RECORDAR aquel desastre universitario en junio del 2001, cuando esos mismos porros incendiaron el paraninfo, uno de los símbolos de la institución cultural.
CUANDO los 13 porros detenidos por el criminal atentado, declararon en la rejilla del Juzgado Cuarto Penal, aceptaron que fueron financiados por Gabriel Pacheco Pacheco entonces director de la Escuela de Leyes, la ex rectora y hoy secretaria general, Leticia Mendoza Toro; el director de la Preparatoria 6, Carlos Avilés y el profesor Javier Cerón. Estos últimos participaron en la alianza que llevó al triunfo a “el chapito”. En aquel año, como hoy, la barbarie sigue devastando esta institución.
¿Y LA AUTONOMÍA?
Los delincuentes que hoy y siempre, dañan a la Universidad, siempre se salen con la suya. Invocan la autonomía universitaria hasta como signo de impunidad o la interpretan a su favor para cualquier pretexto. La desgracia es que la autoridad les hace caso.
Para fortuna de los buenos universitarios, la Suprema Corte de Justicia de la Nación empieza a definir el alcance de la expresión “autonomía universitaria”. La semana pasada, según me informa el jurista Eduardo Castillo, se publicó un criterio mediante el cual señala que no debe confundirse la libertad de enseñanza como parte del derecho fundamental a la educación superior, dado que la “autonomía universitaria sólo tiene carácter instrumental, como medio para alcanzar dicho derecho y no un fin en sí misma”.
Esta autonomía es un diseño institucional tendente a maximizar la protección del principio de libre enseñanza (libertad de cátedra, de investigación y de examen y discusión de las ideas). Es decir, la autonomía universitaria tiene como finalidad proteger las condiciones necesarias para la satisfacción del derecho a la educación superior y, en ese sentido, constituye una garantía institucional de ese derecho.