EL ECONOMISTA 

ELIZABETH ALBARRÁN Y RODRIGO 
Durante el 2015, la brecha de la actividad económica de las regiones de México creció, ya que en la zona noreste la tasa de crecimiento promedio anual fue de 4.6%, en la noroeste de 3.0%, en la centro-occidente de 4.3%, en la centro del país de 2.8% y en la sur-sureste de apenas 0.01 por ciento.

Además, en comparación con la variación anual del Producto Interno Bruto (PIB) del 2014, sólo las zonas norte y centro del territorio aceleraron, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En la región noroeste todos los estados dibujaron una pendiente positiva: Baja California Sur pasó de -2.0% en el 2014 a 5.5% en el 2015, Baja California de 0.2 a 7.0%, Sinaloa de 2.9 a 5.0% y Sonora de 0.4 a 4.6 por ciento.

La misma dinámica se registró sólo en dos entidades del noroeste: Chihuahua (de 2.1 a 4.8%) y Nuevo León (3.9 a 4.3 por ciento). Por lo tanto, la desaceleración se presentó en Coahuila, Tamaulipas y Durango, aunque sus tasas de crecimiento en el 2015 fueron mayores a 1.5 por ciento.

Si bien en la zona centro-occidente la mayoría de los estados perdió ritmo durante el año pasado, el PIB anual ostenta tasas superiores a 3.0%, excepto Colima (de 4.2 a 2.3%) y Michoacán (de 6.0 a 0.2%): por ejemplo, la producción estatal de Querétaro creció 7.7% a tasa anual en el 2015, contra una variación de 8.0% en el año previo, mientras en Guanajuato la relación fue de 6.4%, frente a 6.5 por ciento.

En esta área sobresale el comportamiento positivo de Jalisco (de 3.4 a 4.7%) y de San Luis Potosí (de 1.5 a 5.4 por ciento).

En el caso del centro del país, sus integrantes presentaron dinamismo económico, pero inferior al del norte. La capital del país y el Estado de México, que concentran más de una cuarta parte del PIB nacional, mostraron crecimientos de su actividad económica en el 2015 en relación al año previo ( de 0.5 a 2.5% y de 1.3 a 1.9%, respectivamente).

La brecha económica se abre con las regiones sur y sureste, ya que en éstas se ubicaron las cuatro entidades que manifestaron caídas anuales del PIB en el 2015: Campeche (6.6%), Chiapas (3.3%), Guerrero (0.3%) y Tabasco (0.1%); sólo la economía campechana registró anteriormente un descenso.

En esta misma zona, Oaxaca desaceleró (de 2.8 a 1.5%) y Veracruz continuó con debilidad (de 0.1 a 0.2%); de hecho, el crecimiento promedio de esta región no fue negativo debido a la actuación de Quintana Roo (de 3.5 a 4.7%) y de Yucatán (3.1 a 4.0 por ciento).

Los estados más castigados son los que dependen más de la minería petrolera: Tabasco y Campeche. “Al caer la caer la actividad petrolera de manera importante, ha habido un fuerte despido de gente y, por tanto, cayó el consumo y dejó de haber mucha actividad alrededor del derrame de dinero que había”, expuso Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Apuesta por el turismo

El especialista manifestó que, frente a la brecha que se sigue manteniendo entre los estados de norte y del sur, se requiere crear una política de fomento a las actividades productivas, en especial en las Zonas Económicas Especiales, que abarca a entidades como Tabasco, Campeche, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Chiapas.

“Sin duda hay que impulsar la inversión en infraestructura en estas entidades porque si no, se detiene cualquier crecimiento que se busque tener. Además, es muy importante que explotemos otras áreas que no son tradicionales como el petróleo, la minería o la manufactura”.

Mencionó que el turismo debe ser uno de los principales sectores que ayuden a mejorar la situación de dichos estados, “esta actividad está absolutamente olvidada, siendo que aquí se pueden hacer inversiones interesantes, tienen muchos atractivos naturales e históricos que vale la pena que se consideren (…) Diariamente se jubilan más de 10,000 americanos, entonces tienes un nicho que está en busca de un buen clima y seguridad para vacaciones, pero es un tema que no estamos aprovechando ni desarrollando”.

Comentó que uno de los retos que enfrentan los estados del sur es su alto nivel de la informalidad, por lo que se debe crear proyectos suficientemente rentables para cubrir el costo de la formalidad como las cuotas del IMSS, Infonavit y las aportaciones de ahorro para el retiro.