EXPRESIONES.

Las expectativas que está levantando el incipiente gobierno de Alejandro Murat Hinojosa, está empezando a caer en el terreno inestable de la especulación y la incongruencia.

El que haya recibido de herencia una pésima administración de gobierno (un Oaxaca colapsado y en situación de desastre) lo ubica en la tesitura de que cualquier cosa diferente o positiva que haga estará dando la señal de que la entidad va por buen camino, sin embargo, las comparaciones siempre estarán a la orden del día y en el ojo del huracán de la opinión pública.
Se ha visto el interés de Murat Hinojosa por entablar diálogo con los maestros de la Sección 22 y llegar a acuerdos, pero ¡ojo!, estos dieron la pauta que fueron “en lo oscurito” y bajo los mismos cánones de siempre, en donde la prepotencia de la CNTE siempre está de manifiesto (ya anunciaron su primer bloqueo de la autopista Oaxaca-Cuacnopalan).
También ha sido notorio su interés por entrarle al dilema del sector salud, anunciándose ya la terminación del paro con la correspondiente firma de compromisos y de nuevas actitudes en el servicio.


Lo mismo ha sido en el sector turístico y en el caso del seguimiento de la conclusión de las autopistas pendientes.
Empero, en sus líneas políticas y en la integración de su gabinete legal y ampliado han surgido ya los primeros resquemores, en donde el propio gobernador ha sido causal de contradicciones y elucubraciones, como fue en aquella declaración sobre su toma de protesta en la que enfatizó que “Oaxaca no estaba para celebraciones” y apareció una foto en redes sociales en donde convivía en un festejo privado con colaboradores y amigos en el Jardín Etnobotánico de Santo Domingo de Guzmán.
Del mismo modo, en reciente entrevista radiofónica mencionó que durante su gobierno no surgirían personajes siniestros, ni habría un Vice Gobernador, en clara alusión a los pasados mandatos; así mismo, enfatizó que en su gabinete “quien no haga las cosas bien se va o se va a la cárcel” y que él rendirá cuentas todos los días, a través de los medios de comunicación.
Compromisos, posturas, promesas, banales si usted quiere, pero que acarrearán seguimientos y hasta presiones en los medios de comunicación, como es el caso de sus ya famosos “yupis” (jóvenes políticos que pierden el piso fácilmente) y que vislumbran esos personajes siniestros que nadie quiere se reediten en Oaxaca.
Pero ya están ahí, en el tinglado de un estado que no requiere más comedia ni dramas políticos, sino simplemente acciones acordes a una entidad con grandes posibilidades y deseos de honestidad, legalidad, eficiencia y compromiso. ¿Es mucho pedirlo?…

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