El concurso en al que se refiere Lee en su tuit es Janken Queen, celebrado el pasado 16 de octubre y organizado por la banda de pop japonés AKB48. En él puede verse la gran final, en la que se enfrentan Yumoto Ami (vestida de animadora) y Tanabe Miku (con una corbata en la cabeza y un abanico en el bolsillo). Cuando Miku vence, reacciona así:
AKB48 es una banda japonesa solo de mujeres que tiene, en sus filas, más de un centenar de miembros. Tienen incluso su propia sala de conciertos. Sus integrantes se ordenan en grupos de siete chicas para poder tocar en varios sitios de forma simultánea.
La banda organiza este concurso desde 2010, y en él participan 100 miembros del AKB48. En esta edición, las siete mejores clasificadas ganaban, como premio, formar un nuevo subgrupo de la banda, con la vencedora de la competición como capitana del nuevo equipo. Otros años, la ganadora conseguía una participación en el siguiente single del conjunto.
El juego de piedra-papel-tijera llegó a Japón en el siglo XVII. Al país del sol naciente llegó de China, país en el que se encuentran las primeras referencias al juego: según el libro Introducción a la industria de los juegos, del historiador Michael E. Moore, el primer libro en el que se menciona el juego es el Wuzazu, cuya fecha aproximada es el 1.600 a.C.
En Japón el formato no solo es popular en televisión, también lo es incluso entre magnates: en 2005, el diario The New York Times publicó un divertido artículo contando cómo un empresario japonés, el dueño de la corporación tecnológica Maspro, contactó dos de las casas de las casas de subastas más célebres del planeta, Christie’s y Sotheby’s, y organizó un duelo de piedra-papel-tijera entre ambas. El premio para la ganadora sería regentar la subasta de la colección de arte del magnate, con piezas de Cézanne, Picasso o Van Gogh.
Los representantes de firmas, cuenta el diario estadounidense, entrenaron para el encuentro, que tuvo un formato singular: cada participante escribía en un papel el arma elegida, que después leía el magnate. Ganó Christies con una tijera frente al papel de Sotheby´s.
Verne / El País