En diciembre pasado, los representantes que integran la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, acordaron que lo revisarían en mayo, para ayudar a los trabajadores a resistir el alza de los precios. Sin embargo, el secretario del Trabajo,Roberto Campa Cifrián, se zafó del compromiso, lo cual provocó una protesta del presidente de Coparmex, Gustavo de Hoyos. En realidad no era tanto el aumento: de 88.36 pesos a 98.15 pesos diarios. ¿Contó la negativa, el desdén gubernamental en el resultado de las elecciones? El partido del gobierno, el PRI, prácticamente fue borrado del mapa. En cambio, con sigilo, autorizó antes de las elecciones un aumento de sueldo a la clase dorada de la burocracia. Según informó La Jornada favoreció a unos 317 mil burócratas de alto nivel. La Secretaría de Hacienda dijo ayer que el aumento se hizo conforme a lo establecido en las leyes y lo aprobado por el Congreso. Es una explicación insuficiente. Simplemente el gobierno de Peña Nieto se despide al estilo que ha seguido todo el sexenio: desdén hacia los trabajadores del nivel más básico y trato privilegiado a la elite de la burocracia. Ya se van.

La Jornada / Dinero / Enrique Galvan Ochoa