Hablemos de las ventajas y desventajas de compartir el catre con la pareja.

Que a su pareja le guste dormir con el televisor encendido o dejar la luz del baño prendida puede ser el comienzo de los obstáculos en la relación. Porque son varias las desventajas cuando se comparten el catre y las cobijas: los ronquidos, las numerosas vueltas hasta terminar haciendo una diagonal en la cama, las patadas (como si toda la noche jugara fútbol), el hurto de la cobija o sencillamente que hable dormido y usted se pegue uno que otro susto.

Por esas y otras cosas dormir en pareja puede ser muy frustrante. Todo puede interferir en el sueño y en las relaciones de pareja. Hasta una buena encamada puede convertirse en una experiencia agotadora. Sin embargo, según una investigación de Andrea Petersen para The Wall Street Journal, dormir en la misma cama ofrece una serie de beneficios para la salud: la relación se fortalece, se mantiene saludable y la pareja vive más años que los solteros.

Según Wendy M. Troxel, psicóloga de la Universidad de Pittsburgh, “al dormir juntos experimentamos una serie de sentimientos de seguridad porque se bajan los niveles de cortisol, la hormona del estrés”. Las investigaciones también arrojan que las mujeres con relaciones estables concilian mucho más rápido el sueño y despiertan con menos frecuencia que las solteras o con relaciones problemáticas.

¿Y qué decir de una encuesta realizada en el Reino Unido que reveló que el 57 por ciento de las parejas que duermen desnudas dijeron ser “extremadamente felices” en su relación?

Aquí les doy algunos consejos que debemos aplicar al ir a la cama. Lo primero es un buen polvo antes de irse a dormir. “Un estudio de CQ University Adelaide, en Australia, señaló que tener relaciones sexuales antes de acostarse mejora el sueño. La actividad sexual que conduce al clímax libera endorfinas y dopamina, y ambas ayudan a reducir el estrés y calmar el cuerpo”, dijeron los expertos.

También hay que dejar celulares y computadores fuera del dormitorio. “Las parejas en relaciones exitosas no llevan sus smartphones a la cama”, dice Chris Brantner, entrenador certificado en Houston en ciencias del sueño. Los teléfonos en la cama no son buena idea. Eso significa menos sueño para ambos y un despertar amargo.

Así mismo, asegúrese de que su colchón sea lo suficientemente grande y duro como para darle espacio a la pareja y dormir plácidamente. Es agradable arruncharse bajo una manta cálida, pero mientras se duermen esto puede convertirse en un tira y afloje de cobijas. Si cada uno tiene su cobija, es menos probable que se despierten uno a otro.

Igualmente, es importante acostarse a la misma hora, para que ambos puedan conciliar el sueño sin despertar al otro.

Dormir juntos puede ser una experiencia placentera si se eliminan estos obstáculos frustrantes y se fortalecen las relaciones a la hora de iniciar una buena encamada.

El Tiempo / Esther Balac