AMLO anunció que las oficinas de prensa del gobierno federal se van a reducir al mínimo. No va a haber una oficina de prensa en Gobernación ni en Relaciones Exteriores, ni en Agricultura ni en Pemex. Todo va a tener que ver con la coordinación de Presidencia: esta es la austeridad republicana. Sus palabras sonaron como epitafio de un cierto tipo de relación del gobierno con los medios de comunicación. Algunos de sus jefes llegaron a tener gran influencia: Francisco Galindo Ochoa, Amado Treviño, Rodolfo Güero Landeros, José Carreño. Las oficinas de prensa –rebautizadas como de comunicación social– han servido para todo: desde la emisión de boletines, la coptación de comunicadores e, inclusive, como fuentes de financiamiento de aspiraciones presidenciales de los secretarios de Estado, como sucedió en la última, con Hacienda y Gobernación. ¿Será el fin de la chayocracia?

La Jornada / Dinero / Enrique Galván Ochoa