REFORMA
Claudia Guerrero
Cd. de México (01 septiembre 2019).- Empeñado en cambiar el modelo de gestión del Gobierno federal, el Presidente Andrés Manuel López Obrador presenta hoy domingo su Primer Informe de Gobierno.
Será un recuento de acciones sobre los primeros nueve meses de Gobierno, tiempo que ha dedicado a reconfigurar la Administración pública, a la que califica como “un elefante reumático y mañoso”.
En los primeros 274 días de gestión, su sello han sido las medidas de austeridad, las compras consolidadas de insumos y una visión centralista que apuesta por proyectos como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía sin reparar en las críticas.
El tabasqueño llega con índices de aprobación que rondan el 70 por ciento, de acuerdo con la última encuesta de REFORMA, a pesar de que afronta pendientes como la contención de la violencia y el reencauzamiento de la perspectiva económica.
A pesar de las dudas sobre el rumbo de la macroeconomía, la generación de empleos y la inversión pública en proyectos de infraestructura, su Administración logró la renegociación de las cuotas de transporte de gas natural y el finiquito de los convenios del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Además, públicamente cuenta con el apoyo de las principales representaciones empresariales, como el Consejo Mexicano de Negocios y el Consejo Coordinador Empresarial, cuyos dirigentes, Carlos Salazar y Antonio del Valle, respectivamente, además del empresario Carlos Slim, suelen visitarlo frecuentemente en Palacio Nacional.
Aunque están en curso la mayoría de las “políticas de bienestar” de su gestión, como la pensión de adultos mayores y para personas con discapacidad, así como los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro -estrategias con las que se pretende combatir las causas de la delincuencia- la Administración afronta un escenario de inseguridad incontenible con los registros más altos de homicidios.
En junio, se alcanzó la cifra de 2 mil 556 homicidios, la más alta del año, y en julio se iniciaron 2 mil 547 carpetas de investigación por ese delito, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
“Tenemos como pendiente resolver el grave problema de la inseguridad y la violencia, ahí no podemos decir que se ha avanzado. Ahí, desgraciadamente, prevalecen las mismas condiciones que heredamos de los Gobiernos anteriores”, admitió el Mandatario a un año de su triunfo electoral del 1 de julio durante un acto en el Zócalo.
Confiado en la amplia mayoría que le otorgaron los electores en 2018 y que consolidó en las elecciones de este año cuando su partido, Morena, se llevó las Gubernaturas de Puebla y Baja California, el Presidente no ha modificado las directrices de su gestión.
Sólo el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo ha hecho virar en sus planes: amenazado con la imposición de aranceles a los productos mexicanos, López Obrador se vio obligado a pactar nuevas condiciones en materia migratoria y desplegar más de 25 mil efectivos federales para frenar el éxodo y vigilar las fronteras.
En sus giras por los estados, el Presidente ha encabezado 208 eventos, de los cuales más del 43 por ciento se concentran en las entidades del sureste del País, siendo Veracruz la más visitada con 25 giras.
La economía
El Presidente cumple nueve meses de gestión con una economía estancada, un congelamiento en la generación de empleos, además de proyectos estratégicos frenados por amparos de sus contrincantes políticos, como ocurre con el Aeropuerto de Santa Lucía.
Aunque las perspectivas de crecimiento del 2 por ciento para 2019 parecen difíciles de cumplir, de acuerdo con especialistas económicos, el Presidente se dice optimista y asegura tener sus propios indicadores que le hacen confiar en que la economía despegará.
Esta semana, el Banco de México (Banxico) redujo su expectativa de crecimiento para 2019, que ubicó en un rango de 0.2 a 0.7 por ciento. Pero, ante dicho escenario, el Mandatario tiene otra visión.
“Si el Banco de México, los expertos o las calificadoras dicen que va mal la economía, pues los tengo que respetar, sencillamente son visiones diferentes. Yo ya no quiero nada con el neoliberalismo porque resultó ese modelo un rotundo fracaso.
“Entonces, estamos en el periodo posneoliberalismo, posneoliberal, y estamos creando -para decirlo así como ellos lo presumen- un nuevo paradigma (…) es una forma distinta, diferente de medir el bienestar, de concebir cómo lograr una sociedad mejor”, defendió el Mandatario el pasado jueves.
Para el Gobierno de López Obrador, las cifras sobre el empleo deberían tomar en cuenta a los miles de beneficiarios de programas sociales.
En esta etapa, también se han visto frenados sus principales proyectos por razones de impacto ambiental y recursos legales de organizaciones civiles que han conseguido suspender varias obras.
Sólo el plan para construir el aeropuerto de Santa Lucía enfrenta 147 peleas legales y existen señalamientos sobre las afectaciones ambientales de la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
La centralización
En su estilo de gobernar, el tabasqueño ha impactado a su propio equipo.
No sólo ha desmentido públicamente a sus colaboradores, lo que ha ocurrido con Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de Presidencia; con Arturo Herrera, cuando se desempeñaba como subsecretario de Hacienda; y con el subsecretario de Gobierno, Ricardo Peralta; sino la manera de ejercer el gasto provocó las renuncias de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda, quién criticó la falta de sustento técnico de las políticas públicas, el nombramiento de funcionarios sin experiencia y hasta conflictos de interés de funcionarios que despachan en Palacio Nacional, y de Germán Martínez, como director del IMSS, quién denunció la imposición de decisiones, de funcionarios y hasta de políticas neoliberales.
En su combate contra el influyentismo, el Presidente avaló la dimisión de su Secretaria del Medio Ambiente, Josefa González Blanco, quien pidió que regresaran un avión a punto de despegar porque se le había hecho tarde.
A la lista se suma Tonatiuh Guillén López, titular del Instituto Nacional de Migración, quien dejó el cargo justo en el marco del acuerdo con Trump para pasar de la política de brazos abiertos a la de puestos de control.
En esta nueva estrategia de contención migratoria, el Mandatario ha posicionado públicamente al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien se convirtió en coordinador de un plan que le otorgó facultades para actuar más allá de las funciones de un Canciller.
La política
En su faceta de Presidente, el tabasqueño ha ofrecido reiteradamente no meterse en política electoral.
Sin embargo, ha recibido señalamientos de injerencia en la renovación de la dirigencia nacional del PRI, que ahora encabeza el campechano Alejandro Moreno, a quien sus detractores apodan con sorna “Amlito”.
También se le ha acusado de estar alejado de la guerra intestina que vive Morena en la disputa por espacios de control, desde la dirigencia del partido hasta los puestos de control legislativo tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.
Ante la escalada de tensión en el partido que fundó en 2014, se vio obligado a intervenir para regañar a los “trepadores y oportunistas” que pretenden manipular los procesos con las viejas prácticas del fraude.
“El político tradicional, el que está pensando cómo colarse, no ayuda en nada y no tiene futuro, porque el pueblo de México ya es otro, hubo un cambio de mentalidad y cuando cambia la mentalidad cambia todo.
“Tiene que haber mística, tiene que haber convicciones, entrega total a la causa pública, no son los cargos lo que deben importar, sino la contribución a la transformación del País, la política es transformar, hacer historia y para eso se requieren ideales y principios”, planteó el pasado 20 de agosto.
Así, apurado, el Mandatario se abre paso en su proyecto de empujar al elefante y consumar lo que califica como la Cuarta Transformación.