Parte de Novedades 


Al encuentro de esta noche vine. Estaba lejos y una voz me llamaba: Felipe Ángeles, no pierdas tus pasos en estas calles extranjeras. Ven cerca de mí, habla con tus compatriotas, despiértalos del sueño de los homicidas. Y me vine a detener el crimen… 
Elena Garro: Felipe Ángeles, pieza en tres actos. 


 
Para cuando Felipe Ángeles regreso con Villa, por ahí de la navidad del dieciocho, ya traía el dolor aquel y la tristeza como un gran peso sobre la espalda: le doblaba el espinazo y se lo dibujaba en la camisa como el de un gato flaco. Y fue la tristeza misma la que produjo el dolor de estómago y él lo sabía. “Los míos son males de la tristeza.” (Ignacio Solares. La Noche de Ángeles) . 

Pocos escritores se han dado a la tarea de investigar a un personaje tan respetado y fundamental en la primera lucha armada del siglo xx. Y es que la presencia del general Felipe Ángeles emerge de la oscuridad y del olvido a 100 años de su sacrificio. Delgado, de buena estatura, moreno pálido, con nobles ojos que expresaban compasión y voluntad de entender (R. King). De los pocos generales que participaron en el movimiento armado que fue educado en el Colegio Militar, del cual fue director, intelectual, culto, el único alto oficial del Ejército federal que se mantuvo leal a Francisco I. Madero y el único que se unió a la Revolución, tenía fama de incorruptible, no toleraba la crueldad ni la injusticia de sus soldados, y, no ejecutaba a los oficiales y soldados de las fuerzas contarías como era común entre las demás fuerzas revolucionarias.

El interés en este personaje singular está creciendo de nuevo entre historiadores y políticos. El nuevo aeropuerto de la Ciudad de México llevará su nombre. Es un personaje romántico, un gran militar y un místico. Sin duda también, uno de los mas estudiados y preparados, condiciones que a su vez lo llevaron a ser una persona sensible y amable hacia los demás. Gran admirador y seguidor de Madero. Con una mezcla de ideas liberales, humanistas y socialistas, un ser completo.

Representa, junto con Madero, lo contrario de los demás jefes militares que fueron sus aliados y rivales. Estos fueron ciudadanos que aprendieron el arte militar sobre la marcha. Muchos de ellos muy brillantes y valientes. Pero capaces de latrocinios, asesinatos y venganzas sangrientas. Sobre todo, los más importantes, enloquecieron de ambición. Se ha exaltado mucho a Pancho Villa, de quien Ángeles fue un leal colaborador. En la División del Norte Ángeles dirigió y fue el comandante de la artillería. De Villa es cierto que su origen popular y su arrastre como líder le dan un gran relieve y admiración hasta en el extranjero, pero se olvidan de las numerosas matanzas, los asesinatos inútiles que perpetró, las venganzas contra todo aquel que consideraba traidor. Se decía que Ángeles era su alma buena, pero no pudo impedir el ejercicio de su maldad feroz.

Carranza, los generales Obregón y Calles, quisieron perpetuarse en el poder y persiguieron y mataron a sus rivales. Es evidente que preferían satisfacer sus ambiciones políticas a luchar por los principios de la Revolución. El gran general y estratega Obregón rompió con la no reelección y llegó como candidato único después de asesinar a sus competidores. Él mismo, ya como presidente electo, fue asesinado producto de una conspiración. Al revisar el gran mural de la Revolución tenemos que aceptar la barbarie generalizada que acabó por quebrarla internamente y como un contraste excepcional la personalidad sólida, limpia y luminosa del general Felipe Ángeles.

Cuanto podemos saber de un hombre? José María Pérez Gay dice en su libro “el imperio perdido” que si un personaje real narra su vida con lujo de detalles como “cuentas de farmacias y de cantina”, esa biografía, aun así seria imaginaria. Que hacer, sin embargo, cuando la información sobre ese hombre es tan poca, que más se sabe del Hidalguense Felipe Ángeles, oficial artillero formado en H. Colegio Militar y preparado en el ejército francés, con esos generales con mentalidad napoleónica y prusiana. De ese hombre que a través de su Brigada, con sus dos regimientos y sus diferentes baterías de campaña y móviles llevadas en trenes le darían a la División del Norte mayor potencia de fuego y que en batallas como la de Torreón, Zacatecas, Celaya y otros tantos enfrentamientos le darían la victoria a los villistas. Dice Odile Guilpain en su importante obra “Felipe Ángeles y los destinos de la Revolución Mexicana”: “Poco se ha escrito sobre sus ideales y sus convicciones y, en realidad, hay que esperar hasta 1971, con la publicación de la Revolución interrumpida de (mi maestro) Adolfo Gilly, para encontrar un análisis mas a fondo de la participación de Ángeles en la Alianza Liberal Mexicana y una interpretación teórica de su papel político en la Revolución Mexicana. En su biografía más reciente “Felipe Ángeles el estratega”, Gilly no retrata solamente los hechos de una vida, sino los saberes, las convicciones, los sueños y las figuras ideales que la inspiraron. Describe también ese gran movimiento de las mentes y los cuerpos que es una revolución, a cuya dinámica Ángeles supo subordinarse, a cuya marea ascendente se unió, con comprensión y respeto, sin someter su pensamiento ni abdicar de sus propios modos de estar en el mundo. El propio Gilly comenta: “Muchos años han pasado desde que Federico Cervantes publicara , en 1942, su biografía de Felipe Ángeles, la figura del general fue relegada, ignorada, olvidada o sutilmente calumniada por la historia oficial. Elena Garro la dibujo en una obra de teatro y que sigue montada en el teatro “Reforma de la Ciudad de México”. Se ha escrito y hablado mas sobre el personaje pero sin relieve y sin contexto.

Ángeles camino muy despacio hacia el muro carcomido y medio derrumbado: imagen final de su lucha desde que regreso por ultima vez a México.

Ángeles mismo dio la orden: ¡ Preparen! ¡ Apunten!…¡Fuego!

Aun mira un instante el sol, deslumbrándose, y escucha el eco de sus gritos y de los disparos. El nuevo estallido en la sien le arranca de golpe las últimas sensaciones.

Era el fin de aquel general que se gano el cariño, respeto y admiración de su tropa, sus subordinados, sus superiores, pero sobre todo de los grupos contrarios. El 26 de noviembre de 1919, en las instalaciones del 21 regimiento de caballería y tras una simulación de juicio, fue fusilado en Chihuahua el general revolucionario, uno de los más brillantes estrategas militares de la Revolución Mexicana.

Ese fue Felipe Ángeles “El gran artillero”

“La historia no dirá una palabra acerca de mi,

porque no lo merezco. Soy un polvo insignificante

que el viento de mañana barrera”.  Discurso de Parral, 22 de abril DE 1919. 

Felipe Ángeles.