El derrame de petróleo que tiñó de negro playas de Oaxaca

REFORMA

EL DERRAME

Habitantes de playa Brasil, playa Azul y playa Salina de Marqués alertaron el domingo 23 de octubre sobre una gran mancha negra en sus orillas.

Sin mucho que examinar, sabían que se trataba de un derrame de los ductos submarinos de la refinería Ingeniero Ignacio Dovalí Jaime de Pemex.

Su conocimiento sobre el siniestro se debe a la reincidencia. Este derrame fue más grande que el de 2018 y menor al ocurrido en 2012, dice Luis Ángel Rojas Cruz, manager de conservación de la Organización Costa Salvaje, que ayuda y supervisa la limpieza en el lugar.

De acuerdo con el activista, la cantidad de litros de hidrocarburo sólo la conoce personal de Pemex y CMAR (Comité del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical), dato que no han transparentado a la población.

Rojas Cruz relató que el problema está bien identificado: una de las boyas de un ducto está dañada y ha provocado, además de los derrames de 2012 y 2018, fugas constantes que son atendidas al momento y no provocan daños tan visibles.

El ambientalista no duda que Pemex le dé mantenimiento al ducto, sin embargo, es insuficiente para frenar las fugas de hidrocarburo.

Se le ha solicitado a Pemex que repare la boya, seguramente si la reparan, pero vuelve a descomponerse, necesita cambiarse totalmente, tal vez por problemas en su estructura”.

LAS AFECTACIONES

La zona atendida por el activista comprende las comunidades frente a Playa Brasil, donde viven al menos 100 familias y el 70 por ciento de ellas se dedica a la pesca.

Trabajadores del mar tuvieron que sacar sus lanchas porque la sustancia dañaba los motores, la estructura del bote y las redes, además de que los peces en esa área probablemente estarían contaminados.

Sobre la fauna, Rojas Cruz consideró un alivio que únicamente fueran afectados dos pájaros bobos y algunas tortugas que los pobladores han encontrado muertas a la orilla de la playa.

Personas que vacacionaban en la zona han despejado la costa ante el derrame, impactando en el bolsillo de prestadores de servicios turísticos.

“Ya no llega la gente, es muy diferente”, dijo Jonathan, quien recién adquirió una palapa para empezar su negocio.

Luis Ángel narró que el derrame de 2012 llegó a las playas de anidación de la tortuga golfina, uno de los lugares más importantes del mundo.

REPARANDO DAÑOS

 Foto: Organización Costa Salvaje

Pemex, a diferencia de lo ocurrido en 2012, atendió el derrame y acudió a la comunidad para llegar a acuerdos con los pobladores, los cuales fueron:

• Creación de 100 empleos temporales para realizar la limpieza de la playa

• Dotación de insumos y material de protección a los trabajadores

• Construcción de un domo para una cancha de la comunidad

 Foto: Organización Costa Salvaje

Después de un derrame de petróleo, ningún sitio queda igual, siempre hay pequeñas cantidades tóxicas, imperceptibles, que se quedan en el lugar”.

Activista

Las personas contratadas temporalmente trabajan desde las 7:00 a las 13:00 horas de lunes a viernes y reciben entre mil 200 y mil 500 pesos a la semana.

Para la labor utilizan botas, overol, guantes y un cubrebocas para protegerse de los daños que podrían provocarles las sustancias bajo temperaturas que en esta época del año alcanzan los 38°C.

PASO A PASO

• Arena:

Las personas se distribuyen a lo largo de la costa por estaciones, las cuales les corresponde limpiar. Escarban tan profundo como haya llegado el hidrocarburo y cuelan la arena separando los oscuros residuos, los cuales son almacenados en sacos que Pemex recoge para el adecuado manejo.

• Animales:

En este caso, las aves que resultaron empetroladas fueron dos pájaros bobos. El activista lamentó que las aves sean las que sufran afectaciones mayores, pues el petróleo suele quemar su piel, por lo que realizan el protocolo de limpieza adaptado a la especie con productos especializados y las mantienen en observación un par de semanas para cerciorarse de que no queden secuelas.

• Agua:

En este momento, aún hay una capa de aceite flotando en las aguas de las costas de Oaxaca, pero serán elementos de la Marina y de Pemex, quienes recojan el agua con maquinaria específica y le den el tratamiento adecuado.

Edición e Información: Nayra Rivera