La única batalla ganada.

El General Ignacio Zaragoza gritaba; “Soldados, os habéis portado como héroes combatiendo por la Reforma. Vuestros esfuerzos han sido siempre coronados por el éxito. Hoy vais a pelear por un objeto sagrado, vais a pelear por la Patria y yo os prometo que en la presente jornada conquistaréis un día de gloria. Vuestros enemigos son los primeros soldados del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de México. Soldados, leo en vuestras frentes la victoria y la fe. ¡Viva la independencia nacional! ¡Viva la patria!” 

En la primera, la que celebran hasta en la Casa Blanca, los ejércitos fueron mucho más reducidos que en la segunda. En números cerrados, el general Zaragoza tenía a su mando 5,000 hombres. Inicia la colocación de sus tropas a las 4.30 am. Hace guarnecer la plaza con 800 hombres, una batería de batalla y dos de montaña, los cerros de Guadalupe y Loreto con 1100 hombres y dos baterías y forma el resto de 3500 hombres en cuatro columnas con una batería de batalla, tres de infantería y una de caballería. Espera librar “una acción campal” al oriente de la población, atrayendo al enemigo al punto escogido por medio de un Cuerpo de Infantería dotado con sus dos piezas de campaña.

El ejército mexicano había llegado el 3 de mayo aunque Zaragoza era considerada que el combatiente sería hasta el 6 de mayo. Narra Porfirio Díaz que en la noche del día 4 y teniendo noticia del inminente ataque. Zaragoza, había reunido a sus oficiales y les había dicho que “Era muy vergonzoso que un pequeñísimo Cuerpo de tropas, que para la Nación podría tener la importancia de una patrulla, llegara a la Capital de la República sin encontrar la resistencia que si no llegábamos a alcanzar una victoria, cosa muy difícil, aspiración poca lógica, supuesta nuestra desventaja en armamento y casi e todo género de condiciones militares, a lo menos procuráramos causarle algunos estragos al enemigo, así el Gobierno y la Nación contarían con el tiempo necesario para preparar la defensa del país, pues teniendo el enemigo muchas bajas y mucho consumo y deterioro en sus materiales, se vería obligado a estacionarse en Puebla”   

Muchos no habían desempeñado nunca el oficio de soldados, la instrucción militar fue rápida y agotadora, otros tantos no hablaban ni siquiera el español y muchos otros andaban descalzos y con el estómago sino a medio llenar vacío. El armamento que se tenia era muy precario e insuficiente, Los artilleros no tenían un arma maniobrable, así que si su cañón era insuficiente ya sólo podían morir como valientes o correr como cobardes sin la posibilidad de defenderse. La única ventaja que tenía Zaragoza era que estaba protegido en Los Fuertes de Loreto y Guadalupe, esto aprovechó muy bien.

Dada la situación económica y política del país, Juárez declaró una moratoria por dos años de la deuda externa contratada con España, Francia e Inglaterra. En octubre de 1861, esos países, reunidos en Londres decidieron organizar una expedición a México para proteger sus intereses, sin influir en su derecho a establecer su forma de gobierno. De las negociaciones de México con sus acreedores resultaron los acuerdos de la Soledad que establecen el retiro de sus fuerzas, pero Francia los ha roto y ahora avanza hacia Puebla, Vamos a cobrar esa deuda a ¡chingadazos!

Los mejores soldados del mundo son profesionales de la guerra y disponen de fusiles y artillería muy superiores en alcance y capacidad a los que tiene el enemigo que intentan vencer. Toda la oficialidad es francesa y entre la tropa hay argelinos, egipcios y antillanos, muchos de ellos con experiencia en combates en las guerras de Crimea e Italia. El ejército mexicano nacido de la Revolución de Ayutla y de la guerra de Reforma, tiene como características su organización en ejércitos regionales dependientes de los gobernadores, su origen y su formación ideológica, que hace que existan más oficiales en proporción a la tropa, casi la mitad de la cual ha sido recientemente reclutada. Además de las dificultades derivadas de no ser profesional, carece de armamento (muchos con solo lanzas y machetes, otros con viejos fusiles de chispa y percusión) y suministros adecuados. Tampoco cuenta con la solidaridad y apoyo económico de la Ciudad de Puebla, pocos voluntarios son poblanos.

 

Del lado francés, el conde Lorencez tenía unos 6,500 hombres, todos ellos soldados de oficio y veteranos de la reciente guerra contra Austria, ahí el problema era precisamente su comandante Lorencez, un hombre profundamente vanidoso que daba por descontado que un ejército de harapientos le fuese hacer mella. Nada más empezó la batalla quedó en evidencia que Zaragoza tenía un ejército débil, pero no tanto supuso Lorencez, que se dio cuenta no tenía un pelo de estólido Zaragoza. Durante el transcurso de la batalla ordenó ataques que sino fueron absolutos fracasos se debió al valor de sus soldados, desafió negligentemente a la caballería mexicana, que le dio no pocos sustos, y el colmo de la idiotez puso su mejor artillería disparar, sí, pero a una distancia que no podía alcanzar a su enemigo. Hasta Napoleón III lo supo y no lo podía creer.

Lo mejor que hizo Lorencez es retirarse al darse cuenta que había perdido lo hizo en orden. Porfirio Díaz todavía quiso seguirlo con la caballería, pero Zaragoza se le impidió. “¿ a dónde vas?” “¡Alto!” le gritaba Zaragoza. Era un general inteligente y sabía que cuando un ejército se retira ordenadamente puede defenderse. Santa Anna, muchos años atrás, por no saber eso perdió una pierna.

Ergo, fue una espléndida defensa de nuestra Soberanía que merece estar inscrita entre los pocos fastos de orgullo nacional que fue la única batalla ganada.

Jugadas de la Vida

Se dice de los Monarcas más gloriosos de la dinastía inglesa fue con Enrique VIII e Isabel I, quien reinó durante 44 años fue llamada “la edad de oro”.

Twitter: @ldojuanmanuel